Los recortes presupuestarios en cultura y sanidad también han afectado notablemente a las infraestructuras del Depósito que, incapaz de asumir los costes derivados de la instalación de un sistema de aire acondicionado, estoy en la obligación de clausurar temporalmente las puertas de La diseccionadora de libros hasta que las temperaturas desciendan hasta límites aceptables para desarrollar correctamente mis autopsias literarias. Además, tampoco es que rechace la posibilidad de concederme unas merecidas vacaciones hasta septiembre.
Al igual que años anteriores, aprovechare estos meses para disfrutar con la prosa de mis autores favoritos como Henning Mankell (Asesinos sin rostro), Haruki Murakami (El elefante desaparece), Almudena Grandes (Los besos en el pan) o Don Delillo (Submundo). O la posibilidad de descubrir nuevos autores que merezcan ser diseccionados como el director canadiense, David Cronenberg (Consumidos); la última ganadora del Nobel de Literatura, Svtlana Alexiévich (Voces de Chérnobil); o los últimos rostros del denominado subgénero domestic noir, Paula Hwakins (La chica del tren) y Fiona Barton (La viuda).
De igual forma, no debemos olvidar la expresión mens sans in corpore sano, así que este verano quiero seguir entrenando junto a mis compañeros de crossfit, teniendo las competiciones que empiezan en octubre como próximo objetivo.
Si bien procuraré teneros informados de la actualidad literaria, me despido de vosotros hasta septiembre deseándoos un verano repleto de buenas lecturas. Recordad que si no podéis viajar, un libro es siempre el mejor destino.
Un abrazo
María del Carmen Horcas (La diseccionadora de libros)
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