Sinopsis: «En lugar de escapar del dolor, que es la reacción natural en la vida, en el boxeo vas a su encuentro, ¿comprendes? De modo que, una vez que has decidido ser boxeador, tienes que saber cómo boxear, porque, por muy duro que seas, amigo mío, esos tipos te dejarán fuera de combate.» 

Million dollar baby es la contundente recopilación de una novela corta y cinco relatos que reflejan la experiencia del autor en torno al mundo del boxeo. Toole consigue, con este brillante debut, acercarnos a la realidad íntima de los combates, donde los protagonistas logran evadirse de la desesperanza del mundo en el que habitan al incorporarse a la disciplina de la lucha. Detrás de este violento deporte se esconden ciertas normas éticas y —a pesar del fraude, el juego sucio, las apuestas y las peleas amañadas— subsisten, entre los púgiles, valores como el honor o la dignidad. 

Crítica: «La magia del ring es distinta de la del teatro, porque el telón nunca se cae –la sangre en el ring es de verdad, así como las narices y los corazones rotos, que a veces se rompen para siempre-. El boxeo es la magia de los hombres en combate, la magia de la voluntad, la habilidad y el dolor, y de arriesgarlo todo para poder respetarte a ti mismo durante el resto de tu vida. Se parece a escribir.» 

A pesar de que la mayoría asocia el boxeo como un deporte violento basado en la fuerza bruta ejercida sin contemplación contra el cuerpo del oponente, F. X. Toole –pseudónimo de Jerry Boyrd, boxeador amateur y, posteriormente, entrenador y cut man en combates profesionales- el boxeo representa la vida resumida en las cuatros esquinas de un cuadrilátero con la lona desgastada por la experiencia de los hombres que han combatido sobre ella contra oponentes de voluntad inquebrantable como la marginación social, la pobreza, el odio racial, el alcoholismo o la adicción a las drogas, entre otros. 

«Rope Burns: stories from the Corner» es una antología compuesta por cinco relatos y una novela breve basándose en las experiencias del autor dentro y fuera del ring para demostrarnos que el boxeo no es un deporte de hombres rudos que actúan de forma impulsiva, sino de boxeadores. Al contrario que los primeros, son conscientes de que la fuerza - aunque necesaria- es insuficiente para conseguir la ansiada victoria. 

F. X. Toole describe el boxeo como un deporte de honor repleto de contradicciones, de paradojas vitales, un acto físico antinatural en el que « (…) todo va al revés de la vida. Si quieres desplazarte a la izquierda, no das un paso a la izquierda, sino que te impulsas con la punta del pie derecho, así. Para ir a la derecha, utilizas la punta del pie izquierdo, ¿lo ves? (…) En lugar de escapar del dolor, que es la reacción natural en la vida, en el boxeo vas a su encuentro.» 

«Rope Burns: stories from the Corner» refleja el dolor de las heridas infringidas durante los asaltos diarios que todos debemos pugnar, pues Toole considera el boxeo la mejor defensa de aquellos que han perdido la fe no solo en los demás, pero no en si mismos y acaban convirtiéndose en alguien diferente, una versión mejor a su yo anterior para no dejarse vencer en esta ocasión por nada ni nadie («Million Dollar Baby»). 

Seis asaltos consecutivos sobre el espíritu de superación contra las adversidades que impactan al lector en una inteligente combinación de jabs, uppercut y golpes directos al corazón mediante una prosa apasionada, aunque sencilla. Las emociones afloran en cada relato hasta provocar reacciones auténticamente viscerales como tensión en la mandíbula, crispación de los puños, aceleración del pulso o, con mayor frecuencia, lágrimas de auténtica frustración y rabia («Million Dollar Baby», «Agua helada» y «Quemaduras de cuerda»). 

De hecho, es destacable el contenido teológico que apreciamos en la mayoría de los relatos con objeto de reportarnos una enseñanza fundamental con referencias constantes a la bibliografía de autores como Ernest Hemingway –con quien comparte un estilo en la prosa bastante similar por la extracción de experiencias biográficas para la creación de relatos ficticios; la intensidad omitiva para depurar los excesos literarios y obtener un texto descarnado; la oraciones empalmadas que provocan una rápida transición entre escenas y favorecen un ritmo dinámico, sobre todo en las secuencias de boxeo- e incluso al escritor español Miguel de Unamuno, muy aficionado a este deporte. 

Es posible que algunos sean escépticos ante un retrato «idealizado» del boxeo, pero F. X. Toole también se muestra crítico ante espectáculo actual en el que se ha convertido, denunciando el materialismo que ha corrompido la esencia hasta reducirlo exclusivamente al dinero. De ahí el tono nostálgico que predomina en la mayoría de los relatos, en los que Toole transmite su pesadumbre al ser testigo, por ejemplo, de la compra de árbitros para que favorezcan a uno de los dos púgiles o del jurado cuando la pelea se decide por puntos («Combate en Filadelfia»), la influencia de los patrocinadores en el combate («El judío negro») o el negocio de las apuestas («Cara de mono»). 

La pérdida de humildad provoca la añoranza del autor por aquellos tiempos, empleando un humor cínico que denota su rechazo hacia esta nueva forma de pelear y sus hipócritas reglas. 

«La mitad de los boxeadores iba al vestuario azul, la zona destinada a los púgiles que pelearían desde el rincón azul. La otra mitad iba al vestuario rojo. En los viejos tiempos había el rincón blanco y el rincón negro. Se cambió para que nadie se ofendiera por el color del rincón. Con había refunfuñado, preguntándose cómo era posible que alguien, ya fuese blanco o negro, se molestara por el color de un rincón.» 

E incluso con los estereotipos asociados al boxeo por las películas: 

«Más arriba se hallban el Museo de Arte de Filadelfia y los escalone que Sylvester Stallone, en su papel de Rocky, subía corriendo impulsado y ennoblecido por la música de la banda sonora. El problema era que Stallone era incapaz de deletrear la palabra “boxeo”.» 

En definitiva, «Rope Burns: stories from the Corner» es una antología sobre el esfuerzo, el valor y, ante todo, el respeto que deben predominar dentro y fuera del ring, porque el boxeo no es solo un deporte, sino una dolorosa metáfora de lo que representa la vida. F. X. Toole emula el estilo nostálgico de Hemingway para narrarnos, con toda la intensidad de quienes combaten sobre el cuadrilátero, seis historias de superación personal a través de un estilo dinámico, apasionado y sincero en el que, aunque no siempre obtengamos la victoria, no significa que hayamos perdido, sino que debemos seguir peleando. 

LO MEJOR: La prosa del autor repleta de pasión, dinamismo y sinceridad, un estilo con notables similitudes al estilo de Ernest Hemingway capaz de provocar una reacción física real en el lector. F. X. Toole demuestra ser un espectador objetivo al criticar el actual mercantilismo de este deporte. El contenido teológico que refleja el auténtico significado de este deporte. Las constantes referencias a la literatura, el cine o las artes plásticas que enriquecen notablemente el relato. 

LO PEOR: Aquellos lectores no aficiones al boxeo sentirán prejuicios hacia la antología antes de leer al asociarla simplemente como un deporte violento o el actual espectáculo publicitario. El cambio de título después de la adaptación cinematográfica. Es posible que algunos perciban cierto derrotismo ante el gran dramatismo de determinados relatos. 

Sobre el autor: F. X. Toole (1930-2002) es el seudónimo literario del entrenador norteamericano de boxeo Jerold Hayden Boyd, adoptado en homenaje al jesuita Francisco Javier y el actor irlandés Peter O'Toole. El entrenador y escritor norteamericano, quien también aprendió tauromaquia en México, alcanzó la fama de manera póstuma a raíz de que uno de los cuentos, -Million dollar baby-, de su volumen de relatos, Rope burns. stories from the corner(2000), fuera llevado al cine en una premiada película dirigida por Clint Eastwood y estrenada en 2004. De edición igualmente póstuma y también situada en el mundo del boxeo es su novela Pound for pound publicada en 2006 con excelentes críticas.
Déjate arrastrar por las olas 

Set to Sea es la novela gráfica de debut de Drew Weing, aunque trabaja en el mundo del cómic desde 2001. La historia nos presenta a un aspirante a poeta que se arrastra entre mesas de bar durante el día y deambula por el puerto cuando cae la noche, escribiendo odas a la vida marítima. Cuando de repente es llevado hasta un velero con destino a Hong Kong, aprende de primera mano lo que es la vida en alta mar: comida mala, piratas, funerales sin ceremonia, puertos extranjeros y epifanías inesperadas. Dibujado en un elaborado estilo mezcla de los grabados de Gustavo Doré y el Popeye de E.C. Segar, Set to Sea es mitad aventura, mitad balada marítima, narrada en un hermoso verso visual. 

Sobre el autor: Drew Weing (13 de septiembre de 1978). Empezó en el mundo del cómic en el año 2001 y ha trabajado como guionista (BugBear, Failure), dibujante (Bob Esponja, Bugbear), entintador y colorista (Bob Esponja). Entre sus trabajos destaca Set to Sea, Pup o su colaboración en el cómic de Hora de Aventuras. Su última obra publicada es Flop Top realizada junto a su esposa Eleanor Davis. Actualmente está desarrollando el cómic online The Creepy Casefiles of Margo Maloo. Vive en Georgia con su mujer y sus tres gatos.
Este héroe apesta 

En este libro encontrarás la historia de la productora más longeva de bajo presupuesto de los EEUU, un antimanual de hacer cine, humor, sátira, crítica al sistema de producción, distribución y calificación americano, anécdotas de todo tipo, la historia de personajes que forman parte de la cultura pop del mundo entero como el Vengador Tóxico o Sargento Kabukiman, a James Gunn (sí, el director de Guardianes de la galaxia) haciendo entrevistas, escribiendo locuras de toda índole, a un editor al borde del suicidio, a una mujer fuerte, muchas tromettes, experiencias de rodaje apocalípticas, efectos especiales de medio pelo, etc… una guía de cómo hacer anticine, un manual de producción y distribución alternativo que no lo quiere ser…en definitiva, una delicia para los amantes de la serie B, la caspa, las explotations, el terror, los monstruos, los mutantes, macizorras, Shakespeare, a Madonna, a Oliver Stone, a Kevin Costner, Trey Parker y Matt Stone, Eli Roth, etc. un libro de historia, que ha hecho historia y es HISTORIA…¿quién da más? ¿Pero qué es Todo lo que siempre quise saber sobre cine lo aprendí del Vengador tóxico? ¿Es un manual para jóvenes realizadores? NO ¿Es una aubiografía? NO ¿Es un manual sobre cómo hacer películas? NO ¿Es un libro de ficción? NO. Y sin embargo ES TODO ESO y MUCHO MÁS.

Sinopsis: Esta es la verdadera historia del dúo de cineastas que fundaron un estudio independiente hace 40 años en un armario de conserje…que usaban hamburguesas podridas, sirope a modo de sangre y Bromo Seltzer como vómito para crear películas de cuestionable valor artístico y moral…que lucharon contra el cuadro de calificaciones de la MPAA para llevar su escandalosa visión del mundo a la pantalla…que rechazaron a Madonna tras una audición…que desafiaron el sistema de Hollywood y abofetearon a la industria en la cara…y que construyeron un imperio del cine de serie B lleno de surfistas nazis, policías kabuki, bárbaras ninfómanas y un héroe solitario conocido como el Vengador Tóxico. Esta es la historia de los Estudios Troma. Una historia de cine de guerrilla en su forma más barata, una historia de cómo alcanzar el Sueño Americano a base de arrancar extremidades y una historia sobre starlets en topless siendo amenazadas por obscenos títeres de goma. 

Sobre el autor: Lloyd Kaufman (Nueva York, 1945) es director de cine, productor y guionista. En 1974 fundó, junto a Michael Herz, Troma Entertainment, la productora de cine independiente más longeva de la historia, y es responsable de numerosos clásicos del cine de bajo presupuesto como Sgt. Kabukiman NYPD, Terror Firmer, Tromeo & Juliet, Mutantes en la universidad y, la que es su película (y personaje) más conocida: El vengador tóxico. Con detractores y defensores por igual, su cine es reivindicado por cineastas de la talla de Peter Jackson, Quentin Tarantino, Álex de la Iglesia y Takashi Miike, entre otros. También es autor de varios libres sobre cómo hacer cine (y cómo venderlo) y regularmente imparte talleres y clases por todo el mundo.
La genialidad -o la locura- del directo en fotogramas 

Peter Jackson. Celestiales y monstruosas es la historia de un viaje inesperado. Un recorrido por la filmografía del director neozelandés que inició su carrera en el amateurismo absoluto con Mal gusto y ha acabado en lo más alto del sistema de producción hollywoodiense, hecho que le ha costado la pérdida del apoyo de muchos fans por considerar que se ha vendido a la industria, pero ¿Quién es Peter Jackson y cuál era sus sueño como cineasta? Lo descubriréis en este volumen que analiza toda la filmografía de Jackson, desde sus inicios con las comedias gore Mal gusto, El delirante mundo de los Feebles y Braindead, pasando por el drama Criaturas celestiales; el falso documental que volvió loco a más de uno, Forgotten Silver; su primera incursión hollywoodiense con Agárrame esos fantasmas; la oda a King Kong; el drama onírico The Lovely Bones y sus dos trilogías por las que pasará a formar parte del firmamento de Hollywood y la historia del cine: El Señor de los Anillos y El Hobbit

 A través de los rigurosos textos analíticos y los detalles de cada una de las producciones, Sergi Grau, Iván Suárez, Álvaro San Martín y Joan Renter nos descubren las constantes y características del cine de Peter Jackson, sus aspiraciones y sus objetivos y en definitiva, como un director hecho a sí mismo ha llegado hasta lo más alto y a qué precio. 

Un estudio que agradará tanto a aquellos fans ahora detractores como a los fans incondicionales del neozelandés. 

Sobre los autores Sergi Grau (Barcelona, 1976). Colaborador en Cinearchivo y Cinemanet y creador del blog Voice Over. Ha participado en los libros The Twilight Zone y Antología del Cine Fantástico Español y coordinado el libro Richard Matheson, maestro de la paranoia. 

Iván Suárez (Gijón, 1985): Escritor y crítico cultural, ha publicado como coautor el libro Terminator: El imperio de Skynet Joan 

Renter Ranz (Barcelona, 1975) Economista y compositor. Se ha dedicado también al mundo del cine tanto en producción como escribiendo libros. Coautor de Richard Matheson, maestro de la paranoia y The Twilight Zone. 

Álvaro San Martín (Madrid, 1976): Abogado. Colaborador en diversas webs como Ultramundo o Cinearchivo. Ha participado en el libro Richard Matheson, maestro de la paranoia.
Sinopsis: Es una de las obras cumbre del escrito francés Gustave Flaubert (1821-1880) publicada en 1856. Clásica novela de un matrimonio burgués del siglo XIX en la que muestra cómo un casamiento más o menos amañado no siempre es garantía para la felicidad conyugal. Se trata de una obra maestra de la literatura universal contemporánea, modelo de estilo por su observación minuciosa y precisa, brillante y sobria de la realidad. La protagonista Emma se muere de aburrimiento junto a su mediocre esposo, el médico rural Carlos Bovary, y busca su evasión, refugiándose primero en el mundo de las novelas románticas, más tarde procurándose aventuras amorosas extraconyugales. Pero a diferencia de lo que sucedía en la nobleza del Antiguo Régimen, en el siglo XIX, la sociedad no consideraba aceptables estos amoríos. Especialmente entre las mujeres que comportaba el desprecio social como adúlteras. 

Crítica: El último escándalo de Ashley Madison a consecuencia de la publicación de los datos de 39 millones de usuarios de la web tras el robo de sus bases de información por un grupo de hackers autodenominado The Impact Team ha provocado incluso la dimisión del Rey de la Infidelidad, Noel Birderman, fundador y primer ejecutivo de la web que promueve las relaciones extramatrimoniales. Curiosamente, el propio Biderman figuraba entre los nombres de la lista. Si bien –y al contrario que la política de su empresa- jamás se caracterizó por su discreción, pues en su libro «Los infieles prosperan» cuestionaba el fracaso del matrimonio como experimento social basándose en las cifras de su negocio. De hecho, los españoles son los europeos más infieles, planteándono si la vida conyugal es siempre sinónimo de felicidad. 

«¿No sabe usted que existen almas que sufren sin cesar? ¿Almas que necesitan sucesivamente de la fantasía y la acción, las pasiones más puras y los goces más desenfrenados, y por eso se lanzan al capricho y la locura?» 

Precisamente «Madame Bovary» es una novela sobre la infelicidad provocada por la rutina y el hastío de la vida de provincias que impide a nuestra protagonista satisfacer sus altas expectativas sobre el matrimonio. Al igual que el célebre hidalgo manchego, la joven e ingenua Emma creció leyendo novelas románticas que excitaron su febril imaginación, para descubrir posteriormente que sus deseos están subyugados a la voluntad masculina. 

No obstante, Emma acaba rebelándose ante la impotencia de una vida conyugal carente de emoción iniciando una serie de relaciones esporádicas con diferentes amantes que se aprovecharan de la ingenuidad de la joven para satisfacer su egolatría ante el triunfo que conlleva la conquista de una hermosa mujer casada. 

Gustave Flaubert relata con gran maestría la dicotomía de la protagonista ante la obligación moral de continuar siendo fiel a su esposo y la necesidad de satisfacer sus fantasías personales. 

«¿Para quién era ella virtuosa? ¿Acaso no era él el único obstáculo de su felicidad, la causa de toda su desgracia, la hebilla puntiaguda de aquel cinturón que la apretaba por todas partes? (…) Su propia dulzura le inspiraba rebeldías. La mediocridad de su posición doméstica la lanzaba a fantasías de caprichos voluptuosos, la ternura conyugal, a deseos adúlteros.» 

Sin embargo, el escritor francés se abstiene de realizar cualquier juicio de valor hacia el comportamiento de Emma en particular, sino que su crítica está orientada hacia la sociedad en general y, en concreto, a la hipocresía de los valores burgueses. De hecho, la mayoría de los personajes exhiben una doble moral que conlleva la ausencia de reciprocidad por parte del lector, incluyendo la propia Emma quien inspira sentimientos antagónicos debido, principalmente, a la volubilidad, de su comportamiento que algunos podrían considerar egoísta, inmaduro y caprichoso. 

Con todo, observamos que la actitud de Emma está instigado principalmente por la envidia, tanto hacia las protagonistas de sus novelas que consiguen en la ficción el amor negado a ella en la realidad como por la envidia que le inspira la libertad de la que gozan los hombres. Adviértase que aunque el farmacéutico Homais menosprecia el catolicismo, es Emma quien sufre las consecuencias de sus actos, mientras que este falso erudito acaba siendo laureado por su ignorancia. Otro ejemplo es Rodolphe Boulanger, el segundo amante de la joven, quien la abandona después de planear su huida por el tedio que le provoca su relación después de que la pasión de los primeros encuentros haya desaparecido –paradójicamente, observamos que los motivos de Boulanger para terminar con el idilio son exactos a los de Emma para iniciarlo-. Sin embargo, ambos casos solo tendrían un culpable, la mujer adúltera. 

De ahí su deseo de concebir un hijo, consciente de las privaciones que sufriría en caso contrario: 

«Emma deseaba un hijo; había de ser robusto, moreno, y se llamaría Jorge. Esta idea de tener por hijo un varón, era como la revancha de todas sus pasadas impotencias. Por lo menos un hombre es libre, puede tener pasiones, correr países, salvar obstáculos, saborear los placeres más lejanos. Pero una mujer está privada eternamente de todo; inerte y flexible a la vez tiene en su contra las debilidades de la carne y la tiranía de la ley; su voluntad es como el velo de un sombreo que se agita a todos los vientos.» 

Obviamente, el destino le niega la oportunidad de ser feliz como madre dando luz a una niña de la que se desentiende para centrarse exclusivamente en la efímera felicidad que le proporcionan los escasos y breves encuentros con sus amantes, confundiendo de forma reiterada el enamoramiento con el auténtico afecto. Esta situación la impulsa a conductas cada vez más excéntricas que acaban desembocando en la locura, igual que las clásicas heroínas del romanticismo a las que Emma deseaba emular hasta sus últimas consecuencias. 

«Entonces, los apetitos de la carne, las codicias del dinero y las melancolías de la pasión, todo se confundía en un mismo sufrimiento; y, en vez de desviar su pensamiento, lo fijaba más, excitándose al dolor y buscando para ello todas las ocasiones. Se irritaba por un plato mal servido o por una puerta entreabierta, se lamentaba del terciopelo que no tenía, de la felicidad que le faltaba, de sus sueños demasiado elevados, de su casa demasiado pequeña. » 

En este aspecto, merece destacarse el sacrificio realizado por Charles Buvary, quien consiente los idilios de su esposa para garantizar la tranquilidad y el bienestar en el hogar familiar. Una actitud que evidencia la pasividad de un personaje poco acostumbrado a los impedimentos, que prefiere negar la realidad a enfrentársele ante su propia incapacidad para solventarlos después de una vida sin aspiraciones; pero también de un hombre enloquecido de amor hacia Emma, a quien idolatra, pues «la denigración de las personas a quienes amamos siempre nos aleja de ellas un poco. No hay que tocar a los ídolos; su dorado se nos queda en las manos. » 

Un drama que destaca por la belleza de la prosa y la perfección estética de las descripciones en las que el paisaje se transfigura según los sentimientos de los personajes, sobre todo de la apasionada e ingenua Emma. Flaubert evidencia su obsesión por conseguir la perfección a través de un ritmo narrativo fluido, de gran precisión artística y lirismo equiparable al verso, tal y como evidencia el siguiente fragmento: 

«Sin embargo, las llamas se apagaron, sea porque su provisión de combustible se agotase o que fuese tal vez demasiado, el amor paulatinamente se extinguió con la ausencia, con la pena de la costumbre, y el resplandor de incendio que enrojecía su cielo pálido, se trocó en sombra borrándose gradualmente. En el adormecimiento de su conciencia tomó las repulsiones hacia el marido por aspiraciones hacia el amante, las quemaduras de odio por el calor de la ternura, y como el huracán no dejó de soplar, y la pasión se consumió hasta las cenizas, y nada vino a socorrerla, ni ningún sol apareció, se vio rodeada de una noche completa y permaneció perdida en un frío horrible que la traspasaba. » 

En conclusión, Emma Rouault – o Madame Bovary- representa uno de los personajes más trascendentales de la novela realista del S. XIX junto a Anna Karenina («Anna Karenina», León Tolstoi) o Ana Ozores («La regenta», Leopoldo Alas Clarín), simbolizando la represión de la pasión femenina en una sociedad caracterizada por la hipocresía de una burguesía en decadencia y la potestad de la religión católica en el matrimonio. Gustave Flaubert obsequió a los lectores con un intenso drama romántico que reflexionaba acerca de las altas expectativas hacia la vida conyugal y la posterior resignación ante la rutina –incluyendo una crítica inherente en el relato contra la literatura romántica-, así como la hipocresía de la burguesía francesa tras la revolución que, en vez de permitir evolucionar a la sociedad, conllevó un retroceso moral –la facilidad para juzgar a una mujer adúltera, pero no al amante- a través de una novela destacable por la perfección de sus descripciones, la fluidez del ritmo narrativo y la intensidad de los sentimientos descritos. Una novela que, en definitiva, nos permite igual que a Emma conocer «la pequeñez de las pasiones que el arte exageraba.» 

LO MEJOR: Absolutamente todo. 

LO PEOR: La mayoría sigue concibiendo «Madame Bovary» exclusivamente como una novela sobre la infidelidad basándose en sus prejuicios sobre el adulterio sin considerar el contexto de la obra y el auténtico significado moral de la obra, juzgando con gran facilidad las acciones de Emma –e incluso justificando el trágico final de la protagonista-. 

Sobre el autor: Gustave Flaubert nació el 12 de diciembre de 1821 en Rouen, Normandía (Francia). Su padre era el cirujano Achille-Cléophas Flaubert, y su madre, la persona más afín a Gustave durante toda su vida, se llamaba Anne-Justine-Caroline. 

Flaubert estudió Derecho, carrera que abandonó en 1844 debido a desequilibrios nerviosos y epilepsia. Esta inestabilidad psicológica, que le llevaba a ser tan tímido como neurótico, ocasionó que la mayor parte de su existencia se redujese a la permanencia en reposo en el hogar familiar, sito en la localidad de Croisset, en donde los Flaubert poseían una tranquila casa de campo y en donde Gustave escribió sus obras más conocidas. 

No obstante, y a pesar de esta vida hogareña obligada, Flaubert viajó con Maxime du Camp por varios países entre los años 1849 y 1851, entre ellos Egipto, Siria, Turquía o Italia. También, a pesar de su misantropía, cultivó múltiples amistades literarias, manteniendo relaciones con George Sand, Emile Zola o Alphonse Daudet. 

Se enamoró de varias mujeres, en su adolescencia de Elisa Schlesinger, y más tarde de la escritora Louise Colet, con la que inició en 1846 una ligazón amorosa, bastante ocasional, que se prolongaría hasta 1855. 

Falleció a causa de una hemorragia cerebral el 8 de mayo de 1880. Tenía 59 años. Flaubert se engloba dentro de la literatura realista y naturalista. 

Su obra más popular es “Madame Bovary” (1857), libro que narra las vicisitudes de una mujer burguesa adúltera por el cual fue perseguido y juzgado por atentar contra la moral pública, quedando absuelto de los cargos imputados. Otros títulos importantes de Gustave Flaubert son la novela histórica “Salambó” (1863), “La educación sentimental” (1869), libro inspirado en su amor por Elisa Schlesinger, “La tentación de San Antonio” (1874), o “Correspondencia” (1887-1993), colección de epístolas del escritor francés.
El crimen tiene un nuevo enemigo


El primer caso del inspector Monfort 

Castellón de la Plana. Un vagabundo aparece brutalmente asesinado en el cajero de una oficina bancaria de la céntrica Plaza de la Independencia, conocida popularmente como la Plaza de la Farola. El inspector Bartolomé Monfort se traslada desde Barcelona para trabajar en el caso, a petición del jefe de la policía de Castellón. Monfort, de padres castellonenses y con un pasado tan triste como turbio, investiga este extraño caso en el que se mezclan la codicia, las drogas, la envidia, la venganza y otras miserias poco aireadas de una pequeña ciudad provinciana acomodada y donde aparentemente nunca pasa nada. El inspector Bartolomé Monfort echará mano de su poco apego a la vida para desenmascarar uno de los más extraños casos de asesinato acaecidos en esta confortable y burguesa ciudad. 

«Una trama que te engancha de principio a fin, una lectura totalmente recomendada, me ha encantado.» Entrelibros.com 

El inspector Monfort regresa con un nuevo caso. 

La tranquila vida de la ciudad de Castellón se ve alterada por un macabro asesinato, el de un hombre cuyo cuerpo aparece brutalmente mutilado en un piso del centro. Para resolver el caso, el comisario Romales pide ayuda al inspector Bartolomé Monfort, con quien ya colaboró en el pasado, como se narra en El asesino de la farola. Juntos reconstruirán la historia de la víctima, el director de una oficina de empleo con fama de mujeriego. El caso se complica cuando hallan un segundo cadáver que no parece tener relación alguna con el primero. Afortunadamente, el intuitivo y eficaz inspector Monfort no tardará en dar con las pistas necesarias para avanzar en la investigación. 

«Esta novela se puede recomendar como una guía turística de la provincia de Castellón, y a la vez como una novela amena, de fácil lectura y de sorprendente desenlace que encandilará a cualquier lector.» Juan Vicente - Librería Argot

Sobre el autor: Julio César Cano (1965, Capellades, Barcelona), es conocido tanto por sus ensayos y artículos sobre gastronomía y viajes -principalmente sobre la provincia de Castellón, donde reside- como por sus novelas y relatos. Con una experiencia musical extraordinaria a sus espaldas, fue tour manager de artistas nacionales como Gatos Locos, Los Especialistas, Los Rebeldes, Los Ronaldos o Brighton-64, y de artistas internacionales como Chuck Berry, Curtys Mayfield, Wilko Jhonson, Jhonny Thunders, The Bolshoi, Dr. Feelgood o Dave Edmunds, entre muchos otros reconocidos artistas. 
Sumando diversión 

Las matemáticas siempre han sido la asignatura más difícil para los niños, pero “El matemago” tiene el truco perfecto para que se diviertan, demostrándoles lo enormemente prácticas que resultan en la vida cotidiana con simpáticas ilustraciones. Gracias a este libro, la vuelta al cole será mucho más fácil. 

Sinopsis: El joven protagonista, un apasionado de las matemáticas, se apunta a un curso de verano impartido por Darío, un antiguo alumno de su maestra que tiene una divertida melena negra. A través de películas, anécdotas y retos, Darío les explica los ciclos de Eulero y Hamilton; les enseña a jugar a la batalla naval, a partir del sistema cartesiano, y a calcular tarifas telefónicas, probabilidades y porcentajes en los juegos de azar... El joven protagonista termina muy contento el curso, y se siente más preparado para el próximo año escolar e incluso se plantea apuntarse a los concursos de matemáticas que se organicen entre los colegios. 

Sobre la autora: La italiana Anna Cerasoli lleva más de veinte años impartiendo la asignatura con peor fama de la educación secundaria: las matemáticas. Autora de numerosos manuales sobre la materia, decidió recurrir a la ficción con la esperanza de presentar esta asignatura como algo divertido, emocionante y cercano al mundo que nos rodea. Tras el éxito de su primer libro, Los diez magníficos, es una de las escritoras favoritas en los colegios.
Sinopsis: Perdidos en la inmensa metrópoli de Tokio, tres personas se buscan desesperadamente intentando romper el eterno viaje circular de la soledad; un viaje parecido al del satélite ruso Sputnik, donde la perra Laika giraba alrededor de la Tierra y dirigía su atónita mirada hacia el espacio infinito. El narrador, un joven profesor de primaria, está enamorado de Sumire, a quien conoció en la universidad. Pero Sumire tiene una única obsesión: ser novelista; además se considera la última rebelde, viste como un muchacho, fuma como un carretero y rechaza toda convención moral. Un buen día, Sumire conoce a Myû en una boda, una mujer casada de mediana edad tan hermosa como enigmática, y se enamora apasionadamente de ella. Myû contrata a Sumire como secretaria y juntas emprenden un viaje de negocios por Europa que tendrá un enigmático final. 

Crítica: Al igual que el satélite soviético Sputnik describía la órbita terrestre como una parábola de la soledad, los personajes de Haruki Murakami recorren la infinidad del espacio en círculo, realizando siempre el mismo viaje sin llegar a establecer nunca un contacto real con los demás, hasta que su señal desaparece en el eterno vacío. 

Si Sputnik significa en ruso «compañero de viaje», el escritor japonés se convierte en K, un profesor de escuela primaria, la voz narrativa de esta novela y guía durante nuestro peregrinaje por la soledad del ser humano a consecuencia de una sucesión de sentimientos no correspondidos entre los tres personajes principales: K, Sumire y Myû. 

No obstante, la auténtica protagonista es Sumire, una joven que anhela convertirse en novelista. Un personaje repleto de vitalidad, excentricidad e inocencia que nos recuerda notablemente a Midori («Tokio Blues»). Si bien, su obcecada determinación por la literatura se encuentra obstaculizada precisamente por su falta de experiencia a consecuencia del retraimiento voluntario en la ficción de los libros y en la rutina que le proporciona una vida espartana, tanto por su escasez material como de carencias afectivas. De hecho, Sumire le reconoce a K que jamás ha experimentado deseo sexual por nadie. Es más, su amistad con el profesor representa el único vínculo con la realidad. Por consiguiente, sus textos permanecen incompletos, porque la autora es todavía una persona incompleta ante su incapacidad para sentir, excepto mediante las emociones descritas por otros en sus libros. 

Es entonces cuando conoce a Myû, una mujer que plantea muchas cuestiones en la vida de Sumire y K, no solo por los enigmas que caracterizan su pasado, sino también por los cambios que conlleva en la vida de ambos, especialmente de la primera. 

 De nuevo, Haruki Murakami demuestra una notable sensibilidad a través de un relato sincero e íntimo para narrarnos la complejidad de las relaciones humanas y los sentimientos en conflictos que han caracterizado a su bibliografía como «Al sur de la frontera, al oeste del sol», «Tokio Blues» o «Los años de peregrinación del chico sin color», especialmente tras la aparición de una tercera persona que representa un punto de inflexión al perturbar la monotonía de sus vidas y obligándoles a replanteárselas por completo. En esta ocasión –y por primera vez-, el autor nos relata una relación homosexual con gran respeto y, sobre todo, una delicadeza excelsa en la descripción de las escenas. El escritor japonés extasía con detalles repletos de sensualidad –no sexualidad- que emocionan por la frágil belleza de esos breves instantes de complicidad entre ambas mujeres, convirtiendo su amor en un sentimiento absolutamente puro, aunque no comprendido ante la complejidad que implica semejante relación. 

Con todo, el escritor japonés también reflexiona sobre el conflicto inherente que implica la atracción física, el deseo sexual reprimido ante la falta de reciprocidad. Pese a que que los sentimientos son compartidos, difiera la forma de expresarlos y ser comprendidos por la otra persona. En ese instante se produce una dualidad en el personaje, una transgresión de la lógica hacia lo irreal u onírico, demostrando que la frontera entre ambas dimensiones tiende a difuminarse, se convierte en un elemento voluble –e incluso caprichoso- en base a nuestros sentimientos. Y precisamente es consecuencia de que el amor carece de cualquier racionamiento, es impredecible. 

A pesar de que el estilo tiende a corresponderse con novelas como «Al sur de la frontera, al oeste del sol» o «Tokio Blues», Haruki Murakami introduce de forma progresiva elementos surrealistas para simbolizar esa disyuntiva en la mente de sus personajes. De ahí la trascendencia en la conversación entre K y Sumire en el que explican la diferencia entre símbolo y signo que, aunque puede resultar anecdótica, acabamos descubriendo su influencia en la historia con la escena de la noria. Adviértase que la atracción describe un perpetuo círculo inalterable en su forma, pero alterando levemente el ritmo de su movimiento nos permite una visión diferente de la realidad. Es decir, el signo posee un significado limitado, pero conforme avanza la historia adquiera una dimensión abstracta que lo transforma en un símbolo. 

 Es posible que la mayoría de lectores no comprendan la nueva dimensión que adquiere la novela, especialmente cuando la literatura occidental tiende a ser lineal en lo que respecta a la interpretación del texto, carece de la simbología necesaria para establecer esa dualidad en el pensamiento crítico del destinatario. Las novelas de Haruki Murakami son trascendentes precisamente por la implicación del lector en su resolución, y más ante finales abiertos e incógnitas sin resolver que obligan a implicarse en el relato. Al fin y al cabo, Sputnik significa en ruso «compañero de viaje». 

Por consiguiente, «Sputnik, mi amor» es una novela dramática sobre la soledad y la complejidad de las relaciones entre personas a causa de los sentimientos no correspondidos, bien por la falta de reciprocidad o la incapacidad para interpretarlos correctamente. Nuevamente, Haruki Murakami demuestra su gran sensibilidad como autor para expresar la disyuntiva del pensamiento humano a través de una amplia simbología -quizás demasiado compleja para aquellos lectores poco acostumbrados a su estilo surrealista -, pero empleando durante la mayor parte del relato un tono similar al de sus novelas más conocidas - «Al sur de la frontera, al oeste del sol» o «Tokio Blues»- en el que destaca el magnífico retrato de sus tres personajes principales –especialmente Sumire- y la evolución de su compleja –y fallida- relación. Si bien, en palabras del propio K «las personas son unos solitarios pedazos de metal en la negrura del espacio infinito que de repente se encontraban, se cruzaban y separan para siempre». 

LO MEJOR: La capacidad de Haruki Murakami para explicar con tanta sencillez y sensibilidad aspectos tan abstractos como la soledad, el pensamiento subconsciente o la falta de deseo sexual. El personaje de Sumire. El tono de la novela similar a otras como «Al sur de la frontera, al oeste del sol» o «Tokio Blues». La notable diferencia respecto al resto de su bibliografía como es la inclusión de una relación homosexual, descrita con gran delicadeza y respeto, sin ninguna morbosidad o centrándose exclusivamente en la sexualidad. 

LO PEOR: La simbología del autor puede desconcertar a la mayoría de los lectores, poco acostumbrados a su estilo surrealista y las diferencias culturales en la interpretación de esos símbolos. 

Sobre el autor: Haruki Murakami (Kioto,1949). Es un conocido escritor y traductor japonés. Murakami ha publicado varios best-sellers y colecciones de cuentos. En 1986, tras el enorme éxito de su novela Norwegian Wood, abandonó Japón para vivir en Europa y América, pero regresó a Japón en 1995 tras el terremoto de Kobe, donde pasó su infancia. La ficción de Murakami, que a menudo es tachada de literatura pop por las autoridades literarias japonesas, es humorística y surreal, y al mismo tiempo refleja la soledad y el ansia de amor en un modo que conmueve a lectores tanto orientales como occidentales.