Sinopsis: «Ainhoa Elizasu fue la segunda víctima del basajaun, aunque entonces la prensa todavía no lo llamaba así. Fue un poco más tarde cuando trascendió que alrededor de los cadáveres aparecían pelos de animal, restos de piel y rastros dudosamente humanos, unidos a una especie de fúnebre ceremonia de purificación. Una fuerza maligna, telúrica y ancestral parecía haber marcado los cuerpos de aquellas casi niñas con la ropa rasgada, el vello púbico rasurado y las manos dispuestas en actitud virginal.»
En los márgenes del río Baztan, en el valle de Navarra, aparece el cuerpo desnudo de una adolescente en unas circunstancias que lo ponen en relación con un asesinato ocurrido en los alrededores un mes atrás.
La inspectora de la sección de homicidios de la Policía Foral, Amaia Salazar, será la encargada de dirigir una investigación que la llevará devuelta a Elizondo, una pequeña población de donde es originaria y de la que ha tratado dehuir toda su vida. Enfrentada con las cada vez más complicadas derivaciones del caso y con sus propios fantasmas familiares, la investigación de Amaia es una carrera contrarreloj para dar con un asesino que puede mostrar el rostro más aterrador de una realidad brutal al tiempo que convocar a los seres más inquietantes de las leyendas del Norte.
Crítica: «El guardián invisible», la segunda novela de Dolores Redondo después de «Los privilegios del ángel» y primer volumen de la «Trilogía del Baztán», se ha convertido en el último éxito literario español con 700.000 ejemplares vendidos, los derechos de publicación adquiridos por 34 editoriales extranjeras y el próximo estreno de la adaptación cinematográfica.
Cabe decir que la gran repercusión conseguida por la novela reside principalmente en una eficiente campaña de promoción que destaca la singular combinación entre el género noir y la mitología de la zona vascófona de Navarra en un intento por resaltar sobre la novela policíaca nórdica, que ostentan el oligopolio del género con autores ya consolidados como Jussi Alder-Olsen con su triunfante saga del departamento Q, la serie Fjällbacka escrita por Camilla Läckberg o el punto de inflexión establecido por Henning Mankell con el melancólico inspector de policía y amante de la ópera, Kurt Wallander.
A pesar del sugestivo planteamiento de la novela en base a una serie de asesinatos con detalles que sugieren el carácter ritual de los crímenes, así como su vinculación con las antiguas leyendas de la región, el interés del lector decae rápidamente ante la mediocridad de la prosa, el anquilosamiento de los personajes, la previsibilidad del argumento, entre otros factores.
Es cierto que la elaborada presentación de los homicidios resulta interesante por ser una violenta alegoría sobre la disyuntiva que representa el progreso en las pequeñas poblaciones ante el detrimento de sus costumbres. Precisamente, la pérdida de la inocencia que implica los cambios en la adolescencia evidencia ese rechazo hacia la modernidad, pues los jóvenes que deberían representar el futuro de los pueblos, acaban por destruirlo al repetir los errores de sus antepasados.
No obstante, Dolores Redondo desaprovecha los recursos de los que dispone para desarrollar el argumento a consecuencia de una prosa simplista, destacando la cacofonía gramatical en la narración ante el uso de un vocabulario básico en el que recurre de forma constante a metáforas pueriles e innecesarias para la comprensión del texto. De igual modo, comprobamos que el ritmo narrativo es prácticamente inexistente, pues la autora se limita a yuxtaponer las escenas, provocando la confusión del lector ante los constantes cambios de escenario o de personaje sin transición, ni siquiera un mísero espacio en blanco entre los párrafos.
De igual modo, los diálogos entre los personajes carecen de una interacción real, limitándose la mayoría a extensos soliloquios carentes de emoción que la autora aprovecha principalmente para exponer en bloque toda la información utilizada durante el proceso de documentación de la novela, similar a un corte y pega que tuviera como principal fuente la Wikipedia.
Por otro lado, los personajes resultan superficiales, carecen de ambigüedad y, por consiguiente, sus acciones resultan previsibles a pesar de los esfuerzos de la escritora por sorprender al lector con constantes giros narrativos que no consiguen aportar tensión al relato. Además, la protagonista, Amaia Salazar, carece del atractivo necesario para convertirse en la heroína moderna e independiente que predomina en el género desde Lisbeth Salander («Los hombres que no amaban a las mujeres») hasta Rachel Watson («La chica del tren») debido a que su personalidad está constituida sobre estereotipos sexistas que corresponden más al género romántico que a la novela policíaca.
Es cierto que apreciamos una evolución del género en el que los autores emplean sus novelas, por ejemplo, para reflexionar –y denunciar públicamente- los problemas de la sociedad contemporánea. De igual forma, el drama personal de los personajes que se desarrolla de forma paralela a la investigación de los crímenes proporciona mayor realismo al relato. Sin embargo, Dolores Redondo no consigue encontrar ese necesario equilibrio entre las diferentes subtramas, sino que durante la novela tiende a adquirir mayor protagonismo el trasfondo mitológico, la ambientación o los conflictos familiares de Amaia en función del capítulo, relegando el trabajo policial a un inoportuno segundo plano, sobre todo si consideramos el género en el que se encuentra catalogado.
En definitiva, «El guardián invisible» representa un auténtico crimen en la novela noir que tiene como principal arma homicida una eficiente campaña de promoción, así como el conformismo de la mayoría de los lectores. A pesar de ser su segunda novela, Dolores Redondo incurre en los errores propios de un delincuente sin experiencia que actúa impulsivamente aprovechándose de las circunstancias favorables del género, pero sin conseguir equipararse a sus homólogos nórdicos que se preocupan no solo del éxito comercial de sus libros, sino de dejar una huella tanto en el escenario del crimen como en el lector. Por favor agente, procedan a leerle sus derechos a la detenida.
LO MEJOR: La singular combinación entre el género noir y la mitología de la zona vascófona de Navarra.
LO PEOR: El resto (personajes lineales, yuxtaposición de la acción, tono monocorde de la narración, diálogos superfluos, carencia de ritmo y ausencia de tensión psicológica, etc.). Posiblemente acaba leyendo las otras dos novelas que integran la «Trilogía del Baztán», anticipando el éxito de la adaptación cinematográfica.
Sobre la autora: Dolores Redondo nació en Donostia-San Sebastián en 1969. El guardián invisible, El legado en los huesos y Ofrenda a la tormenta, que conforman su Trilogía del Baztán, le han granjeado el entusiasmo de editores de numerosos países y hoy son ya 34 los sellos editoriales que publicarán la obra en todo el mundo. Además del respaldo de los lectores, ha sido saludada por la crítica como una de las propuestas más originales y contundentes del noir en nuestro país, y asimismo está previsto el estreno de la versión cinematográfica.