Sinopsis:
Recopilación de relatos del autor con un
vínculo común: los pajaros. "Los pájaros" es una historia
inquietante, un relato que admite varias lecturas e interpretaciones. Parte de
una realidad cotididiana, con una pequeña variante: "¿Qué pasaría si esos
pájaros, que se lanzan feroces hacia los gusanos, lo harían sobre las
personas?" Esta es la pregunta que se hizo un buen día Daphne du Maurier
mientras paseaba por los acantilados de Cornualles. Y de ahí surgió esta
historia que es, también una fábula y una reflexión casi ecológica. La
Naturaleza, atacada incesantemente por el hombre, se rebela. En este caso, es
el mundo animal, y más en concreto, los pájaros, unos seres frágiles, ingrávidos,
dulces, domésticos..., que de repente -sin variar de aspecto, sólo de
costumbres- se convierten en monstruos imprevisibles. He ahí el horror.
Crítica: El 28 de agosto de 1951, el periódico local de Santa Cruz
Sentinel (California) publicaba la siguiente noticia:
«Sobre las tres de la madrugada, una
lluvia de pájaros se precipitó sobre los tejados de las casas despertando a la
población que, asustada por la ofensiva de las gaviotas, salió corriendo de sus
viviendas y se defendió con improvisadas antorchas de fuego. Por la mañana los
habitantes de la ciudad se encontraron las calles cubiertas por los cadáveres
de los animles. Las aves, que vomitaron pedazos de pescado-su propia comida-,
despedían un olor insoportable y pestilente.»
Alfred Hitchcock,
quien poseía un rancho en aquella zona, tuvo conocimiento de aquel extraño
suceso cuando estaba en pleno de proceso de adaptar la novela corta de Daphne
Du Maurier. La escritora francesa, una de las autoras predilectas del director
inglés quien previamente había adaptado «La posada de Jamaica» (1937) -su
primera novela de éxito- y «Rebecca» (1938) se había inspirado
precisamente en esta noticia para escribir uno de sus relatos más famosos. Y
aunque en 2011, un equipo de biólogos marino de la Universidad de Luisiana
consiguieran explicar el atípico comportamiento de las aves a consecuencia de
una intoxicación por ácido domoico -una toxina procedente de las algas que
abundan en esa zona y que afectan directamente al sistema nervioso de los
animales que las ingieren- nos seguimos estremeciendo ante el amenazador
graznido de las gaviotas, el batir de sus fuertes alas planeando sobre nuestras
cabezas, el brillo afilado de sus picos…
A pesar de que resulta difícil ignorar la potencial
amenaza que representa la naturaleza, la antología «Los pájaros» incluye otros cinco relatos que demuestran la
versatilidad de Daphne Du Maurier con la prosa, atreviéndose con múltiples
géneros como el suspense, la intriga, el terror o el romántico con la
naturaleza como principal temática.
«Monte Veritá»
narra en primera persona el descubrimiento de los secretos de las montañas a
través de las páginas del diario póstumo de uno de aquellos primeros montañeros
que, en su afán por ascender hasta la
cima, eran capaces de suplir la carencia de equipos o las arduas condiciones
meteorológicas en su ascenso. No obstante, cuando la prometida de su mejor
amigo decide unirse a un milenario culto que, incomprensiblemente, ha
conseguido subsistir en aquel lugar, el protagonista deberá abandonar sus
prejuicios para ascender hacia la verdad. En ese momento comprenderá que
significa respetar a la montaña y que ella te obsequie con el conocimiento sobre
el poder de la naturaleza sobre nuestra especie; pero también su benevolencia
incluso cuando la atacamos con nuestra ignorancia, nuestro miedo y, sobre todo,
nuestro odio ante nuestra incapacidad para comprender en un mundo excesivamente
material.
A pesar de poseer todos los elementos que caracterizan
a las novelas de aventuras clásicas, es el relato más afectado por el
transcurso del tiempo. En el contexto actual, el ritmo del relato es demasiado
pausado, recreándose en una prosa
bucólica en exceso, y tampoco contribuye el misticismo del tono empleado cuya
pretensión parece ser aleccionar al lector imponiéndole un discurso piadoso.
«El manzano» retrata de forma
inteligente la obsesión de un hombre al descubrir el parecido entre un viejo
manzano tanto en apariencia como en esencia a su fallecida esposa. La
obcecación por este simil provoca el florecimiento de los recuerdos de un
matrimonio de débiles raíces, carcomido por la indiferencia, el desprecio y la
culpa ante estos sentimientos. Daphne Du Maurier consigue una analogía perfecta
durante todo el relato, otorgándole una tensión psicológica inspirándose en la
literatura romántica, donde la naturaleza adquiría la condición de personaje
influyendo con sus acciones en las decisiones de los demás hasta desembocar en
el fatídico final, la venganza.
«El pequeño fotógrafo» nos evoca
a «La Dolce Vita» (Federico Fellini, 1960), o más recientemente «La gran belleza»
(Paolo Sorrentino, 2013), mediante el contraste entre la
admiración por la belleza y la juventud de la marquesa, quien hastiada por una
vida carente de emociones primarias, decide iniciar un romance con un joven del
pueblo en el escogido para sus vacaciones estivales. La diversión se convierte
en drama cuando los sentimientos del tullido muchacho se exceden y la travesura
exige un castigo ejemplar a la falta cometida. La prosa de la autora nos
traslada a un ambiente de opulencia, pero también de decadencia en el que todo
tiene un precio a fin de satisfacer los caprichos de un alma fosca tras el
brillo de las joyas y la suavidad de las pieles.
«Bésame otra vez desconocido» es
una enternecedora historia sobre un mecánico que se enamora de una acomodadora,
perturbando su tranquila vida basada en la rutina del trabajo, la cordial relación con sus caseros y, en
especial, su afición por las películas western.
Durante una noche, acompañaremos a su protagonista en su obcecado intento por conquistar a la enigmática joven.
En este relato apreciamos la admiración de la autora por el gótico utilizando
un ambiente principalmente nocturno, las
esperanzas frustradas, el amor trágico entre sus protagonistas obligados a
separarse por el destino y la constante presencia de la muerte. Además, la
elección de la primera persona proporciona a la historia un carácter íntimo que
permite al lector participar en su tragedia personal, compartiendo sus sueños
frustrados, sus anhelos insatisfechos, su amor no correspondido.
«El anciano» es, posiblemente, el
relato más perturbador de toda la antología. Daphne Du Maurier desnaturaliza la
esencia de la historia crear en el lector una falsa percepción sobre lo que
está narrando hasta el final. Entonces, la autora nos desvela la auténtica
crueldad de lo que nos estaba describiendo con una desconcertante frialdad,
demostrándonos su dominio sobre los
recursos del lenguaje a fin de sorprender al lector ante una historia de
apariencia simple, e incluso anodina.
Escucha el batir de sus alas, asciende hasta cimas inimaginables, condena
tu alama con el sabor del fruto prohibido, rememora aquel intenso – pero frugal-
romance de verano, conoce a alguien nuevo –y de pasado misterioso-, observa
impotente la crueldad de la especie… Daphne Du Maurier obsequia al lector con
cinco relatos en los que demuestra un innato –y polifacético- talento capaz de
conquistar incluso al exigente Hitchcok, quien la convirtió en una de sus
principales fuentes de inspiración, aunque la mayoría desconozcamos todavía de
donde proceden, en realidad, «Los pájaros».
LO MEJOR: Daphne Du Maurier demuestra ser una autora versátil, dominando
diferentes géneros y estilos literarios en sus relatos. La tensión psicológica
de «El manzano». La decadente
opulencia descrita en «El pequeño fotógrafo».
La humanidad de «Bésame otra vez
desconocido». El final de «El anciano».
LO PEOR: «Monte Veritá» es el
relato más afectado por el transcurso del tiempo. La mayoría desconoce que la
película «Los pájaros» se inspira en
una de las autoras predilectas de Hitchcok, quien previamente había adaptado
otras dos novelas suyas. A pesar del conocimiento sobre la existencia de esta
obra, el lector antepondrá el relato de «Los
pájaros» sobre los demás.
Sobre la autora: Daphne du Maurier (13 de mayo de 1907 - 19 de abril de 1989), nieta del escritor
y dibujante George du
Maurier, fue una escritora británica famosa por novelas como Rebeca,
publicada en 1938, y Mi Prima Raquel, ambas llevadas
al cine. Las películas Jamaica Inn y Los pájaros de Alfred
Hitchcock también se
basaron en relatos suyos.
Gozó
siempre de un ambiente refinado. Sus padres, el productor y actor Gerald du
Maurier y la actriz Muriel Beaumont, le dieron
una educación exquisita y sus buenas relaciones le permitieron publicar sus
primeros escritos en la revista de su tío. Se casó con el lugarteniente Frederick
Arthur Motague Browning, quien llegó a ser héroe de guerra y recibió
tratamiento de Sir. Ella misma alcanzó la distinción de Dama de su Majestad.
Residió en el castillo de Menabille, una fabulosa mansión situada en la costa
de Cornualles, que le sirvió como escenario de algunas de sus obras y en donde
tuvo tres hijos. Con poco más de veinte años, escribió su primera novela.
Además
de sus obras más conocidas, por haber sido llevadas al cine, escribió muchos
relatos en los que refleja mujeres traumatizadas o perversas, cuya
insatisfacción no calma con la misma muerte. Es el caso de los relatos El
manzano, El joven fotógrafo o Bésame otra vez, forastero (El
Nadir, 2005, Valencia). Historias de crueldad, discreta misoginia, ambientes
cargados de energías negativas, que se adelantan a los que luego trazó Patricia Highsmith.