Una magistral novela en tono menor
Quizá al estar ensombrecida por su colosal hermano Don Segundo Sombra, o por su estructura en tono menor, Xaimaca ha pasado casi inadvertida, cuando no ha sido totalmente olvidada del gran público. Sin embargo es una novela enorme, evocadora de temperaturas, colores y agónicas melodías, uno de los relatos de amor más turbadores de la literatura hispánica del siglo XX.
Por eso, volver a publicarla ahora es casi una exigencia tanto artística como didáctica, cuando tanta insulsez y banalidad se amontona en nuestras librerías con este pretexto, siempre eterno y siempre literario, pero tan difícil de alcanzar con la magistral resolución que Güiraldes puso en Xaimaca.

En 1910, se propone viajar por Asia y Europa, hasta instalarse en París. Allí decidirá convertirse en escritor. De vuelta a Buenos Aires, se casa con Adelina del Carril, publica varios de sus cuentos en Caras y caretas, que aparecerán luego en Cuentos de muerte y de sangre, en 1915, sin ningún éxito. A finales de 1916, el matrimonio Güiraldes emprende un crucero por las Antillas del que surgirá su novela Xaimaca (1923). En 1917 aparece su primera novela Raucho. En 1923 publica Rosaura, que fue razonablemente bien recibida por público y crítica. En 1924 funda la revista Proa junto con Brandán Caraffa, Jorge Luis Borges y Pablo Rojas Paz. Tras el cierre de la revista, termina Don Segundo Sombra (1926). En 1927 viaja a Francia, en busca de remedio para la enfermedad de Hodgkin, que lo mataría al poco de arribar.
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