Crítica de El corazón condenado (Clive Barker)

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Publicada en "Cine y Bso"
Sinopsis: Desde sus Libros de Sangre, El Juego de las Maldiciones, Sortilegio y El Gran Espectáculo Secreto, junto con libros que han ocupado los primeros puestos de las listas de ventas (algunos de ellos convertidos ya en películas), nadie más se ha acercado a la vívida impresión y terrores únicos que Barker nos proporciona.

Hellraiser es una de sus mejores creaciones, una novela desgarradora sobre el corazón humano y todos los grandes terrores y éxtasis que alberga en su reino infinito. Habla de la codicia y el amor, de la falta de amor y la desesperación, del deseo y la muerte, de la vida y el cautiverio, de campanas y sangre.

Reseña: «La avaricia rompió el saco», «La curiosidad mató al gato» o «Ten cuidado con lo que deseas, porque se puede cumplir» son algunas frases de la cultura popular que Frank Cotton debería haber recordado cuando finalmente resolvió el enigma de la Caja de Lemarchand y los Cenobitas le prometieron toda clase de «placeres» inimaginables. Eso sí, cuando aceptase ya no habría marcha atrás…

«El corazón condenado» es una de las novelas más célebres de Clive Barker, que inspiró la saga cinematográfica «Hellraiser». A pesar de su brevedad, el autor consigue profundizar en una serie de temáticas tan complejas como la ignominia moral, la depravación del placer, la represión emocional o  el dolor físico.

De hecho, adviértase las semejanzas argumentales con «El retrato de Dorian Gray» (Oscar Wilde). En ambos libros, sus protagonistas son víctimas del hedonismo, la incansable búsqueda de nuevas formas para satisfacer sus deseos, sin importar las consecuencias hasta que resulta demasiado tarde para deshacer el mal ocasionado por sus actos. Asimismo, sus pecados son apreciables a través de un objeto concreto, es decir, la Caja de Lemarchand.

Es precisamente este constante uso de metáforas el que proporciona a la novela un trasfondo psicológico más complejo que trasciende de la clásica historia de terror. A pesar de su apariencia repulsiva, los auténticos monstruos no son los Cenobitas, sino las personas que hacen posible su existencia. Por ejemplo, las torturas que infringen a Frank Cotton poseen su base en el sadomaquismo ante el binomio de placer y dolor que representan tanto para la persona que las realiza como quien las «sufre». O los asesinatos que realiza Julia, la esposa de su hermano Rory, para salvarle y devolverle a su anterior condición «humana».

Sin embargo, la novela destaca principalmente por sus descripciones. Clive Barker consigue estremecer al lector con imágenes que son sinónimo de horror y sufrimiento en su máxima expresión, como la escena final con los garfios que el autor sabe prolongar hasta provocar la agonía, no solo del personaje, sino también la nuestra. La visualidad de estos fragmentos es verdaderamente perturbadora, pues el autor prescinde por completa de símiles u otros recursos literarios para suavizar el impacto que pudieran ocasionar y nos lo muestra sin eufemismos.

Con todo, Clive Barker no consigue que sus personajes se encuentren a la altura del argumento, pues resultan demasiados lineales durante gran parte del libro, aunque la expresión más adecuada sería inspirados en clichés. Por ejemplo, la disparidad entre Rory y Frank Cotton es demasiado extremista. O la insubstancialidad de Kirsty, lo que hace menos creíble el cambio de actitud casi al final de la historia. Únicamente el personaje de Julia Cotton evoluciona y posee una personalidad mejor construida, una auténtica viuda negra.

De hecho, es significativa la forma en que el autor desaprovecha a los Cenobitas, sobre todo después de la magnífica presentación que realiza de estos seres y dejarnos vislumbrar su dimensión. Si bien es cierto que la novela no versa sobre ellos (y el autor tampoco quería que la atención del lector se concentrase en ellos, sino el drama humano de un matrimonio basado en la mentiras y el conflicto personal de Kirsty por sus sentimientos no correspondidos hacia el hermano bueno de los Cotton), se hubiese agradecido un mayor desarrollo sobre algunos detalles que nos hubiesen permitido comprender mejor su oscura naturaleza.

En la mitología griega, la curiosidad de la primera mujer y una caja fueron los responsables de extender todos los males por la humanidad. Sin embargo, en aquella ocasión pudimos conservar la esperanza. Algo que no ocurre en  «El corazón condenado», donde solo nos queda sangre, muerte y dolor, mucho dolor.


LO MEJOR: Los Cenobitas y su concepto de «placer». Las descripciones. La novela en sí misma es una metáfora.

LO PEOR: La linealidad de los personajes. Las semejanzas argumentales con «El retrato de Dorian Gray», aunque Frank Cotton experimenta el proceso contrario. El desaprovechamiento de los Cenobitas.

Sobre el autor: Escritor, dramaturgo y escritor inglés, Clive Barker está considerado un maestro del cuento de terror y miembro de la New Weird de la literatura fantástica anglosajona.

Famoso por sus antologías de cuentos publicadas en los años 80 como Los libros de sangre, se le considera como uno de los renovadores del género de horror.
A partir de sus cuentos se han realizado varias adaptaciones cinematográficas, algunas de ellas incluso dirigidas por él mismo, como Hellraiser (1987) o Razas de noche (1990).

Barker también colabora en proyectos dedicados al cómic, con varias novelas gráficas basadas en el mundo de Hellraiser, y en el ámbito de los videojuegos, donde ha prestado su nombre y realizado guiones.

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