
Reseña: En pleno
contexto de la Guerra Fría, Richard Matheson ambientaba su novela en un mundo
post apocalíptico donde la mayor amenaza no la representaba el átomo, sino otra
mucho más ancestral. Agua bendita, ristras de ajo, crucifijos o espejos son
algunas de las armas para combatirla y,
aunque demuestran su efectividad, Robert Neville debe hacer frente a otro
peligro más acuciante: la soledad.
Soy
leyenda es una novela que, pese a su brevedad, consiguió convertirse en
un clásico de la ciencia ficción a consecuencia del inteligente retrato que su
autor realizó sobre la aislamiento social. A pesar de los fragmentos dedicados
a la investigación comenzada por Robert Neville para descubrir el origen de la
enfermedad, Richard Matheson se centra en describir su rutina diaria y su progresiva
degradación ante la falta de contacto con otro ser humano. De ahí la ausencia
de respuestas ante muchas de las incógnitas que rodean a la historia, como la
inmunidad del protagonista.
A simple vista podría parecer que
Richard Matheson pretendía narrarnos la clásica historia de vampiros, pero, tal
y como mencionamos, Soy leyenda es
una historia mucho más compleja. Una
misma escena posee diferentes interpretaciones, pues son varios los temas
desarrollados en sus páginas. Con todo, los más significativos son la capacidad
para adaptarse ante los cambios y la tolerancia.
Si nos detenemos a analizar la
historia, Robert Neville es el único superviviente de la pandemia no por su
inmunidad, sino por sus deseos de seguir viviendo como humano. A pesar de que
sus experimentos evidencian la capacidad de los vampiros para experimentar
dolor, e incluso sentimientos, siempre los concibe como monstruos que han
destruido el mundo que conocía. Conforme el mundo sigue avanzando, Rober
Neville prefiere ampararse en el recuerdo, sin detenerse a plantearse la
posibilidad de que su especie haya sido finalmente remplazada por otra mejor
adaptada.
De hecho, la novela comienza y termina
con las palabras Soy leyenda,
simbolizando un círculo que se cierra ante este último pensamiento del
protagonista.
Es más, Richard Matheson consigue una
estructura narrativa casi perfecta, sino fuese por algunos flash-backs
introducidos casi forzosamente con objeto de satisfacer la curiosidad del
lector respecto a los acontecimientos precios. En este aspecto, cabe
preguntarse hasta qué punto es necesario conocer las circunstancias para
comprender el mensaje de la novela.
Con todo, Soy leyenda es un magnífico relato de supervivencia incapaz de
dejar indiferente al lector. Al igual que Robert Neville, experimentamos la
misma impotencia y desesperanza ante la soledad que nuestra imposibilidad para
aceptar el nuevo orden de las cosas.
LO
MEJOR: El retrato de la soledad. La evolución psicológica del
protagonista. El capítulo del perro. El final.
LO
PEOR: Los fragmentos relativos a la investigación científica de Robert
Neville. Los flash backs. La escasa
originalidad en la descripción de los vampiros.
Descubre la película en Cine y Bso

Totalmente de acuerdo, una película como debe ser, con sus partes buenas y otras no tanto. Ya que si no hubiera esa diferencia la peli sería un "tostón".
ResponderEliminar