El punto de inflexión en la obra del Valle-Inclán
Valorada como una obra insólita de difícil catalogación, La lámpara maravillosa supone un punto de quiebra a partir del cual Valle-Inclán (Vilanova de Arousa, 1866-Santiago de Compostela, 1936) abandona el modernismo para adentrarse en una línea de trabajo cercana al expresionismo en teatro y en novela a las vías novedosas que en Europa están perfilando Joyce, Woolf, Musil, etc. Publicada en 1916, La lámpara maravillosa es la expresión de la poética literaria de Valle-Inclán y, por extensión, de lo que ha sido toda la literatura romántica y simbolista europea del siglo XIX, marcada por el deísmo y la idea de un universo significado por un sentido secreto que solo el poeta puede intentar descifrar. Supone, además, un compendio de saber místico que halla en el gnosticismo y en el sincretismo de creencias cristianas, musulmanas y judías el acervo de un sentir vital y literario para escribir y ser.
Y la confrontación de un hombre en crisis consigo mismo y con el mundo cambiante del momento bélico que le tocó vivir, en búsqueda febril de una nueva forma de creación entendida como instrumento de conocimiento esencial.
Sobre el autor: Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936), dramaturgo, poeta y novelista, fue uno de los grandes escritores españoles del primer tercio del siglo XX, destacado exponente del movimiento modernista y creador del esperpento como género literario. Con una personalidad excesiva y contradictoria, fue capaz de mantener una notoria filiación carlista (en 1910 se presentó a las elecciones en las listas del Partido Carlista) con un fuerte compromiso con la República (en 1927 participó en la creación de la Alianza Republicana). Su biografía incluye episodios tan impactantes como la pérdida de un brazo por amputación tras una pelea con su amigo Manuel Bueno en el Café Nuevo de la puerta del Sol, cuando Valle-Inclán contaba con 33 años.
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