Crítica de Palmeras en la nieve (Luz Gabás)

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Sinopsis: Es 1953 y Kilian abandona la nieve de la montaña oscense para iniciar junto a su hermano, Jacobo, el viaje de ida hacia una tierra desconocida, lejana y exótica, la isla de Fernando Poo. En las entrañas de este territorio exuberante y seductor, le espera su padre, un veterano de la finca Sampaka, el lugar donde se cultiva y tuesta uno de los mejores cacaos del mundo. 

En esa tierra eternamente verde, cálida y voluptuosa, los jóvenes hermanos descubren la ligereza de la vida social de la colonia en comparación con una España encorsetada y gris; comparten el duro trabajo necesario para conseguir el cacao perfecto de la finca Sampaka; aprenden las diferencias y similitudes culturales entre coloniales y autóctonos; y conocen el significado de la amistad, la pasión, el amor y el odio. Pero uno de ellos cruzará una línea prohibida e invisible y se enamorará perdidamente de una nativa. Su amor por ella, enmarcado en unas complejas circunstancias históricas, y el especial vínculo que se crea entre el colono y los oriundos de la isla transformarán la relación de los hermanos, cambiarán el curso de sus vidas y serán el origen de un secreto cuyas consecuencias alcanzarán el presente. 

En el año 2003, Clarence, hija y sobrina de ese par de hermanos, llevada por la curiosidad del que desea conocer sus orígenes, se zambulle en el ruinoso pasado que habitaron Kilian y Jacobo y descubre los hilos polvorientos de ese secreto que finalmente será desentrañado. Un excelente relato que recupera nuestras raíces coloniales y una extraordinaria y conmovedora historia de amor prohibido con resonancias de Memorias de áfrica. 

Crítica: El año 1898 simbolizó para nuestro país el detrimento de su personalidad histórica ante la pérdida de las últimas colonias de ultramar (Puerto Rico, Filipinas y Cuba), postrimeros vestigios del otrora admirado Imperio español, que desencadenó un proceso de regeneración en todos los ámbitos de la nación. Si bien España conservó el protectorado de Marruecos y algunas provincias en Guinea Ecuatorial, ambos territorios acabaron también por conseguir la independencia. 

Precisamente, e inspirándose en las experiencias reales de sus últimas generaciones familiares, Luz Gabás escribe sobre la pérdida de identidad de aquellos colonos obligados a abandonar el protectorado de Fernando Poo para regresar a la castiza España, dejando atrás un paraíso corrompido por la avaricia, la arrogancia o el racismo de los conquistadores. De igual modo, la autora nos narra el conflicto de las poblaciones autóctonas, obligadas a renunciar en contra de su voluntad a sus ancestrales costumbres en favor del progreso europeo. 

Al igual que la primera novela de María Dueñas («El tiempo entre costuras»), «Palmeras en la nieve» se convirtió en un gran éxito entre el público -especialmente femenino- con una historia que combina diferentes géneros -novela autobiográfica, histórica y, sobre todo, romántica- para relatarnos el amor prohibido entre Killian y una joven indígena en un escenario de gran exuberancia y singularidad como la isla de Fernando Poo, y más concretamente la finca Sampaka. 

Luz Gabás desarrolla la novela a través de dos historias yuxtapuestas. Por un lado, la investigación realizada por Clarence, sobrina de Killian, con objeto de conocer mejor aquel episodio de la historia familiar ocurrida en aquellos exóticos y desconocidos paisajes para la joven, tan diferentes de la monocromía invernal de los Pirineos, que solo conoce mediante relatos parciales de su tío y su padre, Jacobo. Por otro, el viaje iniciado por un joven romántico, Killian, junto a su intrépido hermano para unirse a otros colonos en busca de mejor fortuna. 

«Palmeras en la nieve» es una novela basada en los contrastes –tal y como evidencia el propio título-. Presente y pasado se enlazan durante toda la novela para evidenciar que los problemas derivados de la colonización no desaparecieron tras la independencia, sino todo lo contrario. En la actualidad, Guinea Ecuatorial es un estado dictatorial, su población soporta graves carencias de alimentos y servicios básicos y la mayor parte de la riqueza del país es explotada por empresas extranjeras. Es decir, Luz Gabás insta a las autoridades europeas a responsabilizarse de las repercusiones derivadas de sus actos durante aquella época. Si bien, la autora opta por un relato más intimista con objeto de denunciar esta realidad, acercándosela al lector a través de las experiencias de sus personajes. 

De igual modo, la contraposición tanto de los principales escenarios como de las emociones experimentadas por sus personajes a lo largo de varias décadas nos demuestran que las distancias solamente la interponen los prejuicios hacia el otro, pues al profundizar en las raíces de la segregación acabamos por descubrir que, en realidad, las semejanzas entre ambas culturas son mayores cualquier diferencia, tal y como hace Killian. 

A pesar de la oportunidad que nos proporciona Luz Gabás de conocer un capítulo la historia colonial española prácticamente desconocido, observamos que acaba incurriendo en errores similares a la mayoría de grandes emperadores desde Alejandro Magno hasta Carlos V -el Rey Emperador- al pretender abarcar un territorio demasiado amplio, especialmente para una autora sin experiencia literaria propia. Conforme avanzan los capítulos, apreciamos que se concede una mayor relevancia en el relato a los fragmentos protagonizados por Killian -quien prácticamente monopoliza la narración a pesar del uso de la tercera persona- que aquellos desde la perspectiva de Clarence, prácticamente reducidos a unas pocas hojas hasta el último tercio de la novela. En consecuencia, Luz Gabás no consigue alternar correctamente los capítulos de ambos personajes, provocando una discordancia narrativa. 

Por otro lado, la autora tiende a centrarse exclusivamente en la trama romántica cuando la historia se encuentra demasiado avanzada, relegando a un segundo plano el resto de temáticas que acaba desarrollando de forma superficial y con poco o ningún criterio selectivo. De esta forma, «Palmeras en la nieve» acaba por convertirse en la tópica novela de amores imposibles repletas de personajes lineales, con una prosa simple repleta de adjetivos calificativos y un argumento previsible desde las primeras páginas para cualquier lector medio. 

A pesar de las pretensiones de Luz Gabás por construir un obscuro relato de denuncia contra la segregación y el racismo, la pérdida de la identidad cultural o la conservación de los lazos familiares y las costumbres a través del tiempo, la autora opta por un texto poco exigente con objeto de satisfacer la actual demanda entre los lectores que tiende a decantarse por historias sobradamente conocidas por todos, pero con las que acabamos incurriendo en los mismos errores del pasado. 

LO MEJOR: La posibilidad de conocer un episodio casi desconocido de la historia colonial española. 

LO PEOR: El resto. La película inspirada en la novela original será un éxito al ser protagonizada por Mario Casas. 


Sobre la autora: Luz Gabás Ariño nació en 1968 en Monzón (Huesca). Los mejores momentos de su niñez y adolescencia también transcurrieron entre el pueblo de su familia paterna (Cerler, en el Valle de Benasque) y el de su familia materna (Serrate, en el Valle de Lierp). Después de vivir un año en San Luis Obispo (California), estudió en Zaragoza, donde se licenció en Filología Inglesa y obtuvo más tarde la plaza de profesora titular de escuela universitaria. Durante años ha compaginado su docencia universitaria con la traducción, la publicación de artículos, la investigación en literatura y lingüística y la participación en proyectos culturales, teatrales y de cine independiente. Desde 2007 vive en el precioso pueblo de Anciles, junto a la Villa de Benasque, donde se dedica, entre otras cosas, a escribir. Su primera novela, Palmeras en la nieve, fue uno de los éxitos editoriales de 2012.

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