De milagros y de melancolías narra, desde los días de la conquista española hasta un lejanísimo futuro, la historia de una ciudad sudamericana ficticia: San Francisco de Apricotina del Milagro. Toda la obra está cuajada de personajes que siguen –con cierta sorna– la historia de muchas repúblicas latino- americanas, siempre entre guiños de burla y veras y mucha mística o magias, hasta hacer una suerte de parodia del «boom» americanista y del tan cacareado «realismo mágico».
Esta obra, a la vez muy pro «boom» y un poco contra sus tópicos, nunca salió del reducto de obra «menor» de un autor grande. Acaso ahora (leída ya con mucha distancia de todo) el lector pueda admirar con el estilo primoroso los finos ribetes de la sátira, y vea en esta novela el refinado y culto divertimento que encierra. Ítem más, la misión quedaría más que cumplida si el lector, al saborear esta novela, muy de su autor, pero asimismo algo extraterritorial a él, decide que debe seguir adentrándose en el universo Mujica Láinez. (Del prólogo de Luis Antonio de Villena)
Sobre el autor: Manuel Mujica Láinez nació el 11 de septiembre de 1910, en Buenos Aires, y murió el 21 de abril de 1984, en Córdoba (Argentina). Descendiente de una de las familias fundadoras de la nación y hasta de la ciudad, se crió en un ambiente aristocrático, al punto que sus estudios primarios y medios transcurrieron en París, tras unos años previos en Londres. Apenas sí concluyó algunos cursos de Derecho en Argentina, para ingresar en el diario La Nación, donde, desde reportero de ecos de sociedad, ascendió hasta convertirse en un reputado colaborador y crítico de arte. Cuando se jubiló en 1969, se instaló en su caserón, «El Paraíso», en Cruz Chica (Córdoba), donde transcurriría, entre sus viajes incesantes, el resto de su vida.
Su obra literaria encara varios géneros, como la poesía y el ensayo estético, pero es la narración y, especialmente, Bomarzo (1962) la que lo daría a conocer al mundo y le reportaría diversos galardones internacionales, y hasta sería transpuesta a ópera, con música de Alberto Ginastera. Otros de sus títulos más reputados son Aquí vivieron (1949), Misteriosa Buenos Aires (1950), Los ídolos (1952), La casa (1954), El unicornio (1965), Crónicas reales (1967), El gran teatro (1970), El laberinto (1974) y Sergio (1976).
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