Crítica de Persuasión (Jane Austen)

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Sinopsis: La vanidad y los prejuicios de una aristocrática familia se interponen en el amor profundo y sincero de una joven pareja. Ana, hija del presuntuoso sir Walter Elliot, fue educada por una amiga al morir su madre. Su gratitud hacia la elegante dama la empuja a escuchar los consejos que le impedirán unirse al hombre que ama, un oficial de marina de poca fortuna. De esta forma, se enfrenta a largos años de soledad en los que la belleza y el resplandor de la juventud van mermando, pero no así su carácter dulce y bondadoso que, junto a su inteligencia, consolida la personalidad de una atractiva mujer, preparada tanto para las situaciones adversas como para una maravillosa segunda oportunidad del destino. 

Crítica: La turística ciudad de Bath –literalmente Baño en inglés- se convirtió desde el siglo XVIII hasta prácticamente la actualidad tanto en lugar de peregrinación para una amplia variedad de artistas como escenario de múltiples novelas, obras de teatro y películas. La mayoría acudieron a esta región situada en el sudoeste de Inglaterra por prescripción médica, beneficiándose de los efectos terapéuticos de sus aguas termales para el tratamiento de múltiples dolencias. Además, Bath era el destino turístico de moda y, por consiguiente, escenario de una intensa vida social, siendo frecuente encontrarse con visitantes – y residentes- tan ilustres como el retratista Thomas Lawrence o el escritor Charles Dickens. Si bien, es la novelista victoriana Jane Austen quien concedió un especial protagonismo a Bath en su obra póstuma, «La Abadía de Northanger» y «Persuasión», convirtiéndolo en el principal escenario de ambas novelas. Al igual que en obras previas, 

«Persuasión» repite el esquema clásico que caracteriza la bibliografía de la escritora inglesa. La protagonista, Ana Walter, dejándose persuadir por el orgullo y los prejuicios familiares renunció al amor de Frederick Wentworth, un apuesto oficial de la marina británica sin fortuna. No obstante, Frederick regresa de las guerras napoleónicas enriquecido, pero todavía dolido por el rechazo de Ana, quien se ha convertido en una mujer sin posibilidades de contraer matrimonio por exceder la edad adecuada, sin obviar la pérdida de su belleza juvenil. 

Sorprendentemente, Jane Austen renuncia a los personajes juveniles para centrarse en una historia sobre segundas oportunidades en la que la pareja protagonista aprende a las recriminaciones del pasado –una evidente crítica de la autora contra el inmovilismo social de la burguesía inglesa que rechazaba los matrimonios entre diferentes clases; es decir, Jane Austen manifiesta nuevamente la necesidad de cambio en la estructuras jerárquicas sociales (el pasado) para evitar la decadencia humanitaria- hasta conseguir el feliz desenlace. En esta ocasión, la autora inglesa desarrolla una protagonista que, aunque comparte con sus predecesoras el carácter fuerte e independiente –atípicos entre las mujeres de aquella época-, la principal diferencia radica en la edad de Anna, que le ha permitido adquirir su solitaria experiencia. Por ende, desarrolla una personalidad sensible, tal y como apreciamos en la en la relación con sus hermanas, especialmente con la hipocondríaca María; o su renuncia voluntaria al capitán Wentworth, tras observar el cortejo entre su despechado amor y la joven Henrietta Musgrove-. 

De igual forma, apreciamos el carácter feminista y de rechazo a los convencionalismos sociales propios de Austen en otros personajes secundarios, como Sophia Croft, hermana de Frederick Wentworth, quien contrajo matrimonio por amor, no por dinero. Es más, la complicidad del matrimonio Croft demuestra a Anna la importancia de ser fiel a los sentimientos propios, ignorando las recriminaciones sociales ante un matrimonio considerado incorrecto o poco beneficioso para ambas familias. 

Al igual que en sus anteriores novelas, Jane Austen no renuncia al aspecto didáctico de la historia, apreciándose un notable discurso moralista mostrándose crítica con la hipocresía de la burguesía inglesa a través de personajes a los que caricaturiza para evidenciar su rechazo con su humor sarcástico. Esta animadversión es evidente cuando se produce la llegada a Bath de Lady Dalrymple, prima de sir Waltar- padre de Anna-, y su anódina hija la Señorita Cartere. A pesar de la elevada posición y riqueza de ambas mujeres, sus respectivas personalidades resultan vulgares, carentes de interés para cualquier persona que se deje seducir por su rango nobiliario. Por el contrario, la señora Smith -con quien Ana empieza una relación de sincera amistad durante su estancia- soporta las penurias ocasionadas por su frágil salud y las deudas económicas heredadas de su esposo, siendo consideradas ambas circunstancias motivo de rechazo entre sus antiguos conocidos. 

Es cierto que la ironía de Austen es más sutil, dificultada por la brevedad de la novela y la sencillez del argumento en comparación con sus obras anteriores. No obstante, es importante recordar las circunstancias en las que se escribió, durante el último período de su enfermedad que le impedía escribir durante grandes períodos de tiempo. 

De hecho, podría ser la explicación a otras variaciones significativas como un ritmo narrativo más pausado, pues tiende a centrarse en el diálogo interior de la protagonista, profundizando en la dicotomía que representa los recientes cambios en la vida de Anna, pero acaban por desestimar al resto de personajes. Igualmente, la prosa de Austen carece de su precisión distintiva en la descripción de las escenas, generando en un argumento lineal y predecible, especialmente teniendo un mínimo conocimiento de sus anteriores obras. 

A pesar de que «Persuasión» no es una de las novelas más significativas de Austen -debido, principalmente, a sus circunstancias personales- posee todos los rasgos característicos de su obra para resultar entretenida a los lectores más fieles de la autora; e incluso sorprenderlos con las sutiles variaciones respecto a sus predecesoras pudiendo persuadirlas nuevamente de la genialidad de esta escritora romántica siempre fiel a sus valores personales frente a las convicciones sociales. Si bien, no debemos olvidar que Austen dedica esta obra a «todas las mujeres que no habían tenido una segunda oportunidad» en la realidad, pero les permitió tenerla en la ficción. 

LO MEJOR: La crítica social de la autora ante la imposibilidad de consumar la felicidad personal a consecuencia de los prejuicios entre clases. El humor sarcástico característico de Austen contra la hipocresía y decadencia de la burguesía británica. Las diferencias del personaje de Anna respecto a otras heroínas de la autora. 

LO PEOR: Es la novela menos significativa de la autora. La mayoría de los personajes carecen de la riqueza apreciables en otras novelas de Austen. La previsibilidad del argumento ante la repetición tanto de argumento como de esquema narrativo. El ritmo es más pausado, carece de dinamismo en el desarrollo de escenas. 

Sobre la autora: Jane Austen nació el 16 de diciembre de 1775 en Steventon (Gran Bretaña), hija de Cassandra Leigh y del sacerdote anglicano George Austen. Era una de las dos hijas (la otra era Cassandra, su hermana y mejor amiga) de un matrimonio que había tenido ocho retoños. Este ambiente dedicado a sus labores domésticas, la escritura y la ávida lectura, le acompañó toda su vida, ya que Jane nunca se casó (al igual que su hermana) ni abandonó el hogar familiar, circunstancia acentuada tras el fallecimiento de su padre en el año 1805, época en la que la familia Austen residía en la población de Bath antes de mudarse primero a Southampton y más tarde a Chawton. 

Austen es una de las grandes novelistas de la historia. De prosa elegante, fluida y con cierto tono sarcástico, aborda con detalle, humor, capacidad de observación y penetración psicológica diferentes retratos costumbristas en torno a conflictos románticos diseñados con perspectiva femenina, inteligencia e ironía. 

Su primera novela publicada fue Sentido y Sensibilidad (1811). Más tarde editó su obra más popular y la primera en ser escrita (aunque no publicada) por Jane, Orgullo y Prejuicio  (1813). 

Otros títulos de su bibliografía son El Parque Mansfield  (1814) o Emma (1815). También satirizó la novela gótica en La abadía de Northanger (1817), libro que al igual que Persuasión (1818), apareció de manera póstuma ya que Jane Austen falleció a causa de la enfermedad de Addison (hipofunción de las glándulas adrenales) en Winchester el 18 de julio de 1817. Tenía solamente 41 años. Años más tarde aparecieron publicadas sus Cartas.

1 comentario:

  1. El apellido de la protagonista es Elliot. Al capitán Wentworth se le supone atraído por Louisa Musgrove, hermana de Henrietta.

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