Sinopsis: Una mujer desaparece el día de su quinto aniversario, ¿es su marido un asesino? Perdida es un thriller psicológico brillante con una trama tan apasionante y giros tan inesperados que es absolutamente imposible parar de leer. No has leído nada igual.
En un caluroso día de verano, Amy y Nick se disponen a celebrar su quinto aniversario de bodas en North Carthage, a orillas del río Mississippi. Pero Amy desaparece esa misma mañana sin dejar rastro. A medida que la investigación policial avanza las sospechas recaen sobre Nick. Sin embargo, Nick insiste en su inocencia. Es cierto que se muestra extrañamente evasivo y frío, pero ¿es un asesino?
Perdida arranca como todo buen thriller que se precie: una mujer desaparecida, una investigación policial... Pero es que Perdida no es solo un buen thriller. Es una obra maestra. Un thriller psicológico brillante con una trama tan apasionante y giros tan inesperados que es absolutamente imposible parar de leer. Perdida es también una novela sobre el lado más oscuro del matrimonio, sobre los engaños, las decepciones, la obsesión, el miedo. Una radiografía completamente actual de los medios de comunicación y su capacidad para modelar la opinión pública. Pero sobre todo es la historia de amor de dos personas perdidamente enamoradas.
Crítica: A pesar de la popularidad del chick lit, la circunstancia de que algunas de sus autoras más representativas como Lauren Weisberger («El diablo viste de Prada») o Helen Fielding («El diario de Bridget Jones») deban recurrir nuevamente a sus personajes más célebres, demuestran la necesidad del género por renovarse para captar a la nueva generación de lectoras. Esto explicaría que Marian Keyes («Por los pelos», «El viaje de Rachel», «Susy Sullivan se casa») haya incluido en sus últimas novelas temas que se consideraban tabú en esta clase de libros, como el maltrato («Un hombre encantador») o la violación («La estrella más brillante»), que se contradice con el tono irreverente y divertido que las caracteriza. Ahora las mujeres no utilizan la lectura para evadirse, sino para sentirse reflejadas en los personajes que protagonizan estas historias y que no siempre tienen un final feliz, tal y como ocurre con Lisbeth Salander («Los hombres que no amaban a las mujeres», Strieg Larsson), quien se convirtió en un nuevo símbolo del feminismo.
En 2006, Gillian Flynn consiguió dejar cicatriz entre crítica y público con su primera novela, «Heridas abiertas» («Sharp Objetcs»), en la que Camille Preaker regresaba a su pueblo natal en Missouri para investigar el secuestro y asesinato de dos niñas. Es posible que la historia pudiera parecer la clásica novela negra, sino hubiese sido por un significativo detalle, su protagonista se dedicaba a autoflagerarse con toda clase de objetos afilados para escribir frases por todo su cuerpo.
En 2010, retornábamos a la tierra de Tom Sayer con «La llamada de Kill Club» («Dark Places»), aunque en esta ocasión la historia estaría centrada en Libby Day, quien se convirtió en la única superviviente de la masacre de su familia e intenta volver a recuperar la fama que le concedió aquella tragedia.
Ahora, la autora estadounidense vuelve a sorprendernos con «Pérdida» («Girl Gone») y Amy Elliot. Si bien la protagonista carece de una infancia traumática, resulta tan inteligente, oscura, perturbadora como las anteriores. En esta ocasión, la protagonista es una joven de buena familia procedente de Nueva York, hija única de una célebre pareja de escritores que han conseguido su fama y fortuna gracias a una serie de libros infantiles «inspirados» en su hija («La asombrosa Amy») y que nunca ha tenido ninguna necesidad en su vida, excepto encontrar al hombre adecuado con quien compartirla. Es entonces cuando conoce a Nick Dunne, un hombre apuesto, perspicaz y divertido de Missouri. Desde el primer encuentro, ambos sienten una conexión especial… Este argumento bien podría figurar en la contraportada de cualquier de las novelas citadas anteriormente, pero Gillian Flynn sabe cómo sorprender al lector.
Durante la primera parte de la novela («Chico conoce a chica»), utiliza los clichés propios del género policíaco y nuestros prejuicios, sobre todo lo que ella denomina el efecto «Marido cabronazo», para hacernos creer que nos encontramos ante la clásica historia del declive de un feliz matrimonio en sus inicios ante las inseguridades de sus cónyuges, así como por las dificultades financieras y personales por las que atraviesan. Una situación insostenible que ambos prologan ante la esperanza de recuperar la ilusión y felicidad de las que disfrutaban al principio de su relación, aunque ambos sepan que es imposible por los secretos y, sobre todo, el odio que ha creado entre ellos una distancia insalvable. Es entonces cuando se produce la desaparición de Amy y todas las pistas parecen apuntar a Nick como principal sospechoso, no solo de su ausencia, sino del posible asesinato de su esposa.
Es más, la intercalación entre el testimonio de Nick y los fragmentos del diario de Amy están concebidos para reforzar este efecto. Obsérvese que, al principio, los capítulos dedicados al esposo son más extensos, mientras que los de ella resultan breves en comparación y resulta significativo que aporten precisamente la información que queremos escuchar. Es decir, tenemos la sensación de encontrarnos ante un guión previamente concebido por ambos personajes para que todas piezas encajen tal y como deberían hacerlo, sin posibilidad de doble interpretaciones o equívocos.
Sin embargo, ¿es realmente culpable? Al igual que ocurría con «Acoso» (Michael Crichton) o «Presunto inocente» (Scott Turow), nuestros prejuicios condicionan la lectura y provocan que el giro narrativo de la segunda parte («Chica conoce a chico») resulte todavía más inesperado. Es decir, cuando ya creíamos conocer toda la «verdad» acerca de lo sucedido aquel día, Gillian Flynn nos hace ser conscientes de lo fácil que resulta manipularnos, porque «Perdida» es, ante todo, una crítica contra los medios de comunicación y la influencia que ejercen sobre la opinión pública. Recientemente, el atentado con bomba en pleno maratón de Boston movilizó a miles de internautas que analizaban las imágenes facilitadas por los asistentes por el evento en busca del culpable, demostrando lo que autora menciona como «efecto CSI». Aunque resulta todavía más brillante su descripción del «efecto Ellen Talbot», una especie de Oprah Winfrey, que pone en evidencia el periodismo de entretenimiento, aquel que antepone las cifras de la audiencia sobre la verdad.
Con todo, no es el único aspecto que la autora satiriza. Por ejemplo, cuando Nick Dunne conoce a los policías encargados del caso y se sorprender al comprobar que la pareja está conformada por un afroamericano y una hispana ante la necesidad del estado de Missouri por ofrecer una imagen más «tolerante» respecto a las minorías frente a la antigua predominancia caucásica. O el progresivo empobrecimiento de su localidad que conlleva el surgimiento de un resentimiento entre sus ciudadanos que, ante la incapacidad de expresarlo contra los verdaderos culpables de esta situación, buscan siempre un cabeza de turco tal y como ocurre en la escena del centro comercial.
Cabe señalar que este segundo tercio presenta una narración más continua en contraposición con los constantes saltos temporales del primero, facilitando el mantenimiento de la tensión psicológica.
Finalmente, llegamos a la tercera parte («Chico recupera a chica»). Aquí el relato vuelve a centrarse en la relación entre Nick y Amy, así como la psicología de ambos personajes. Gillian Flynn retoma la temática del miedo, aunque desde una perspectiva cercana diferente al terror doméstico descrito al principio del libro. En este punto, la autora nos describe la resignación de cualquier matrimonio al comprender que su relación es insalvable, pero su mutua dependencia los obliga a continuar juntos. Al fin y al cabo, la base del matrimonio es el compromiso.
«Nunca habrás leído nada igual» es el eslogan que promociona la última novela de Gillian Flynn y tiene razón. «Perdida» no es solo un thiller psicológico que mantiene la intriga y la tensión del lector a lo largo de sus tres partes con sus brillantes giros narrativos, sino también la descripción de un intenso drama personal y una ferviente crítica contra el poder de los medios de comunicación sobre la opinión pública. La autora juega con nosotros hasta las últimas páginas en un complejo juego del ratón y el gato, donde los papeles de presa y cazador se intercambian de forma constante sin que seamos capaces de atribuirlos a sus personajes. Después de todo, «No hay inocentes, solo distintos grados de responsabilidad» (Lisbeth Salander).
LO MEJOR: El inicio, el nudo y el desenlace se corresponden con las tres partes en las que se divide el libro (Chico conoce a chica, Chica conoce a chico, Chico recupera a chica). La equilibrada intercalación entre el testimonio de Nick Dunne y el diario de Amy Ellitos, ambos en primera persona. El inesperado giro narrativo de la segunda parte. A partir de «Chica conoce a chico» resulta imposible saber lo que ocurrirá en la siguiente hoja… En definitiva, todo.
LO PEOR: Es posible que algunos lectores pueden sentirse decepcionados con el final, un poco frívolo en contraposición con la tensión que ha predominado durante toda la novela. La circunstancia de haber tenido que esperar hasta la tercera novela para conocer a una autora tan inteligente, oscura y perturbadora.
Hola! No me gustó nada nada el final... Es una pena ya quea mitad del libro estaba totalmente enganchada y me encantó el giro de la historia... Se merecía un final más creíble y elaborado...
ResponderEliminarPor cierto soy nueva por aquí y me quedo!
Te dejo mi blog por si te quieres pasar un rato;) http://miestanteriaparaleer.blogspot.com.es
Un abrazo! !
Buenas tardes Cristina,
EliminarEn primer lugar bienvenida al Depósito, siempre es un placer que acudan a visitarme por primera vez y que se hayan sentido lo suficientemente cómodos para regresar. Las puertas siempre estarán abiertas para apasionadas de la literatura como tú, aunque no debes preocuparte de que te diseccioné, mi bisturí es exclusivamente para los libros y sus autores. XD
Respecto a "Perdida", coincido en tu percepción del final. Es más, la mayoría de espectadores que vieron la adaptación cinematográfica también se sintieron desconcertados ante la brusquedad con la que concluyó la historia, pero omitiendo este detalle sigue pareciéndome una de las mejores novelas negras de la última década.
Nuevamente darte la bienvenida y espero volver a leer un comentario tuyo en futuras -o anteriores- autopsias literarias.
Un abrazo
María del Carmen Horcas López (La diseccionadora de libros)
Jajajajajaja gracias por la bienvenida! ! Tienes razón en la peli el final es aún más desconcertante si cabe ya que al menos en el libro explican ciertos detalles que en la peli se quedan cositas en el aire... No quiero spoilear así que no digo nada más jejejeje Que cada uno valore... Yo por mi parte seguramente me lea algún otro título de la autora si tengo oportunidad.
EliminarUn besazo Maria!
Jajajajajaja gracias por la bienvenida! ! Tienes razón en la peli el final es aún más desconcertante si cabe ya que al menos en el libro explican ciertos detalles que en la peli se quedan cositas en el aire... No quiero spoilear así que no digo nada más jejejeje Que cada uno valore... Yo por mi parte seguramente me lea algún otro título de la autora si tengo oportunidad.
EliminarUn besazo Maria!