Tras su apariencia de novelón decimonónico, El amor brujo cuenta la tragicomedia de un burgués, Estanislao Balder, que para superar su existencia anodina se lanza a una aventura amorosa tan dulzona como torpe. Sutil e imprevisible, hay que llegar hasta el final para calibrar el alcance de la crítica, cuya acidez desnuda al hombre fatuo, aparentemente satisfecho.
En esta última novela de Arlt, más que en ninguna otra, se manifiestan las debilidades y los rencores que apremiaron a este «François Villon de quilombo», como lo definió Cortázar, y destellan esas «imágenes inapelables y delatoras» que nos ponen frente a nosotros mismos y nuestras vergonzosas flaquezas.

En cuanto a su vida, cabe añadir que merodeaba rufianes de toda laya, que traspondría en muchos de sus personajes, pero que su gran empeño no fue otro que el de hacerse rico como inventor, ambición que lo llevó a cosechar muy estrepitosos y chocantes fracasos.
Además de las obras citadas, publicó las novelas Los siete locos y su continuación, Los lanzallamas; por último la presente, El amor brujo. Asimismo, escribió bastante teatro y un curioso ensayo, titulado Las ciencias ocultas en la ciudad de Buenos Aires, que por su rareza e interés literario ha editado Drácena, en su colección «ensayos y memorias».
0 comentarios:
Publicar un comentario