El amor puede fallar, de Matthew Quick, es un homenaje a la literatura y aquellos profesores que se convirtieron en mentores durante nuestra adolescencia, acompañándonos el resto de nuestra vida. Maestros que, en algún momento de nuestra vida, nos mostraron cosas que no se aprenden en los libros y que, más allá de los contenidos académicos que debíamos memorizar; nos enseñaron a vivir, a pensar de forma diferente y, sobre todo, a creer en nosotros mismos. Se trata de una historia inteligente y original sobre el amor y el destino, las pérdidas, las decepciones y los nuevos comienzos. Y, sobre todo, es una novela de grandes personajes, tan humanos e imperfectos, como extraordinarios; tan reales, que trascienden de las páginas para enseñarnos una gran lección.
Sinopsis: Tras sufrir una gran decepción, Portia Kane decide abandonar a su marido, y con ello, la vida de lujo que llevaba en Florida. Así, se traslada a su ciudad natal, donde recuperará antiguas amistades y recordará al único hombre que la ayudó a creer en ella: Nathan Vernon, su querido profesor de literatura inglesa que tuvo en el instituto.
El señor Vernon la ayudó a creer en ella, a descubrir qué tipo de persona quería ser, a luchar por sus sueños… ¿cómo ha podido olvidarlo? Ahora está decidida a recuperar el contacto con él, pero Vernon ya no es lo que era, ahora vive deprimido y solo tras un traumático accidente en las aulas.
Portia no está dispuesta a rendirse, y así, con la ayuda de una monja de armas tomar, un ex heroinómano, un niño fanático de la música y su acaparadora madre, intentará visualizar un futuro esperanzador…
“El amor puede fallar” trata de los grandes altibajos de la vida: de las dolorosas y valientes decisiones que necesitamos tomar para llegar a ser lo que estamos destinados a ser.
Sobre el autor: Matthew Quick es autor de varias novelas que han estado en las listas de éxitos del New York Times, entre ellas El lado bueno de las cosas, que fue llevada al cine con el mismo título y ganó un Oscar, y Momentos de buena suerte. Su obra ha sido traducida a treinta idiomas y ha recibido una mención honorífica en el Premio PEN/Hemingway, entre otros galardones. Vive con su esposa, la novelista y pianista Alicia Bessette, en los Outer Banks de Carolina del Norte.
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