Crítica de El almacén (Bentley Little)

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Publicada en La web del Terror
Sinopsis: En Juniper, Arizona, nunca ocurre nada extraordinario. De modo que el anuncio de la apertura de El Almacén supone una gran novedad. Todo lo que uno pueda querer está bajo un mismo techo y a un precio increíble. Pero conviene tener cuidado con lo que uno quiere… Bill Davis es el único en el pueblo que es capaz de percibir el mal que bulle en torno a El Almacén. El proceso de construcción ha estado rodeado de extrañas irregularidades, y  la influencia y el poder de la empresa están adquiriendo dimensiones espeluznantes. Pese a todo, Bill no puede impedir que sus dos hijas adolescentes busquen trabajo en El Almacén. Y entonces empiezan a ocurrir cosas extrañas ¿Qué pasa exactamente en los sótanos de la tienda? ¿Quiénes son los misteriosos jefes nocturnos?

Cuando por fin Bill toma cartas en el asunto, conseguirá ir más allá de lo que había imaginado, aunque a un precio aterrador. Ahora El Almacén está dispuesto a negociar, y Bill deberá enfrentarse a su misterioso propietario para salvar a su familia, su pueblo y su vida.
Reseña: El almacén es la única novela de Bentley Little disponible en castellano que podría resumirse como la versión moderna de La tienda (Stephen King), debido a las grandes semejanzas de argumento: la llegada de un nuevo comercio a una pequeña comunidad, que ve alterada la pacífica vida de sus habitantes ante la apertura del misterioso establecimiento y su todavía más enigmático propietario. De hecho, el propio autor aporta pistas que prueban  la influencia de la obra de King en esta novela: Newman King, el propietario de El almacén, cuyo nombre es un interesante juego de palabras; la torre negra, que alberga las oficinas del macroimperio económico de Newman y tiene un asombroso parecido con La torre oscura,  la popular saga de  libros de King; o cuando Bill Davis acude por primera vez de compras a El Almacén y adquiere las últimas novelas de sus autores favoritos (King, Koontz y Grisham).


Es más, las semejanzas no se limitan exclusivamente a King, sino que también podemos apreciar pequeños tributos a las obras más conocidas de los otros dos autores. Por ejemplo, el chantaje al que someten a Bill Davis es bastante similar al que sufre Micht McDeere en La tapadera (John Grisham).
A pesar de estas semejanzas, Bentley Little desarrolla una interesante novela con un trasfondo sociológico que evidencia las faltas del actual sistema económico, como ocurre en La McDonalización de la sociedad (G. Ritzer) o La caverna (José Saramago). El autor busca el entretenimiento del lector, pero también conseguir hacerlo reflexionar sobre el alto precio que realmente paga cada vez que acude a una macrosuperficie comercial: la agonía del pequeño comercio, la ruina de decenas de familias, la sobreexplotación de sus trabajadores, la dependencia económica, los privilegios legales, la corrupción política… La lectura de El almacén resulta fascinante ante la capacidad de su autor para describir la progresiva degradación de Juniper ante la influencia del centro comercial sobre sus habitantes, los cambios que experimenta su comportamiento, la forma en que su cotidianidad se ve alterada al introducir nuevo elementos, en apariencia, tan inofensivos como un simple par de sandalias con tacón alto.
El lector consigue identificarse con sus personajes debido a que la mayoría de las escenas que se nos describen resultan familiares, pues todos hemos sido testigos del cambio que experimenta una ciudad ante la apertura de un nuevo centro comercial, cuya presencia resulta incomprensible en muchas ocasiones. Sin embargo, El almacén es completamente diferente a todo cuanto hayamos conocido antes, pues entre sus paredes se esconden muchos secretos, algunos de ellos mortales.
El almacén es una lectura progresiva, que empieza describiendo episodios, en apariencia inofensivos, para ir profundizando lentamente en la compleja estructura que le permite funcionar y ejercer su poder en los diferentes niveles de la comunidad de Juniper. Es decir,  no es solo lo que representa El almacén cara al exterior, sino también aquello que los clientes no pueden ver y descubrimos gracias a sus empleados. En Fast Food Nation (Eric Schlosser) mencionaba los estrictos códigos de comportamiento por los que debía regirse las franquicias y que clasificaba de sectarios, pues las relaciones entre empleador y empleado se fundamentaba en el poder que podía ejercer el primero sobre el segundo, sin necesidad de responder ante nadie cuando el castigo fuese desproporcionado. De igual modo, el empleado debe mostrar una actitud sumisa para poder conservar un trabajo precario, consciente de que las opciones laborales se han visto reducidas desde su llegada y pronto se convertirá en la única fuente fiable de trabajo en aquel lugar. Además, se encuentra la necesidad de encajar dentro de un determinado grupo, con objeto de no sentirse excluida en este entorno y convertirse, a su vez, en víctima del acoso de tus propios compañeros, quienes olvidan cualquier relación que hubiese podido existir previamente entre vosotros.
Al trabajar las dos hijas de Bill Davis no solo nos permite conocer el funcionamiento interno de El almacén, sino también las diferentes formas de actuar ante una situación de especial presión sociológica.  Bentley Little no pretende juzgar si sus decisiones son correctas, sino que se limita a describir los acontecimientos para que el lector extraiga sus propias conclusiones. De hecho, en ningún momento recrimina el acoso que sufre la familia Davis por el rechazo que manifiestan hacia El almacén, pues es consciente que todos acabamos siendo influenciados y, ante determinadas situaciones y cambiamos con objeto de poder sobrevivir ante una nueva realidad que nos ha sido impuesta.
Sin embargo, El almacén representa, ante todo, la historia de un padre dispuesto a realizar cualquier sacrificio para salvar a su familia, incluso ponerle precio a su alma.
Con todo, la novela de Bentley Little decrece en sus últimos capítulos. Durante la mayor parte de la narración, los enigmas que rodean a la inmensa construcción de cemento y cristal quedan relegados a un segundo plano frente a las historias personales, como los jefes nocturnos. De modo que la novela concluye sin que muchas de las incógnitas reciban respuesta y, al igual que el final abierto que nos ofrece, el lector debe realizar su propia interpretación. Es posible que el autor lo concibiese de esta forma para, como dijimos en los primeros párrafos, obligarlo a pensar por si mismo y no transformarse en una pieza más de la compleja maquinaria que representa El almacén.De hecho, podemos aseguraros que vuestra visita a sus instalaciones no os dejará indiferentes.
 Eso sí, recordar que antes de internarse en las profundidades del averno en busca de su amada, Dante leyó la siguiente frase en las puertas que lo custodiaban: “Abandonen toda esperanza aquellos que entren aquí”. Bienvenidos a El almacén, ¿qué desea?

VALORACIÓN: 7
LO MEJOR: La progresiva degradación de Juniper y sus habitantes. La crítica social que realiza el autor sobre los centros comerciales y el efecto que produce su presencia en las pequeñas comunidades. El almacén y su peculiar método de entrevistas.
LO PEOR: Demasiadas similitudes con King. El planteamiento de incógnitas que luego no son resueltas. El tratamiento superficial sobre la estructura interna de El almacén.


Sobre el autor: Bentley Little (Arizona, 1960) es autor de numerosas novelas de terror entre las que se destaca The Revelation (1990), con la que ganó el Bram Stoker Award en la categoría de “Mejor Primera Novela”. También fue nominado al Bram Stoker Award en dos ocasiones más, como “Mejor Novela” en 1993 por The Summonig y como «Mejor Colección de Ficción» en 2002 por The Collection. Entre sus seguidores se encuentra Stephen King, quien se declaró admirador de su obra.




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