Sinopsis: Considerada una de las principales novelas de horror del siglo XX, narra el inquietante experimento de John Montague, doctor en Filosofía y antropólogo, que lleva años entregado al estudio de "las perturbaciones psíquicas" que suelen manifestarse en las "casas encantadas". Infructuosamente ha buscado una casa idónea, cuando un día oye hablar de Hill House, una mansión solitaria y de siniestra reputación. Montague decide alquilarla y busca ayudantes dispuestos a pasar una temporada en ella: Eleanor, una mujer desdichada que, tras once años cuidando a su arisca madre inválida, se ha vuelto una persona solitaria; Theodora, joven alegre y curiosa, seleccionada por su increíble capacidad telepática; y Luke, vividor y mentiroso, incluido en el grupo por exigencia de la propietaria, su tía. El objetivo: tomar notas de cualquier fenómeno paranormal que se presente para documentar el libro sobre casas encantadas que prepara el doctor. Las alucinantes experiencias que vivirán en la casa será mejor que el lector las descubra por sí mismo. 

Crítica: A pesar de que los fantasmas son descritos como una entidad incorpórea, la cultura popular tiende a asociarlos con un espacio tangible en el que se manifiestan a través de múltiples fenómenos como el desplazamiento de objetos, cambios de temperatura, sonidos u olores inexplicables… El vínculo emocional establecido en vida hacia un lugar permite al espíritu seguir presente en el plano físico convirtiéndolo en una casa embrujada. La Mansión Winchester, Amityville, Loftus Hall, el Palacio de Linares son algunos ejemplos reales que han inspirado a escritores como Oscar Wilde («El fantasma de Canterville»), Edgar Allan Poe («El hundimiento de la Casa Usher»), Henry James («Otra vuelta de tuerca»), Nathaniel Hawthorne («La casa de los siete tejados»), W. H. Hodgson («La casa en el confín del mundo»), Richard Matheson («La casa infernal»), Stephen King («El resplandor») o Susan Hill («La mujer de negro») para abrirnos las puertas de los hogares en los que residen el más allá. 

Si bien, el precedente de la mayoría de estas novelas es «La maldición de House Hill» firmada por la autora gótica estadounidense Shirley Jackson, quien narra una historia diferente sobre fantasmas profundizando en la psicología del miedo a través de un relato de atmósfera opresiva y una prosa desasosegante. 

Igual que la obra de Henry James, «La maldición de House Hill» se caracteriza por la imposibilidad del lector para establecer el origen de los supuestos fenómenos paranormales descritos en la novela a consecuencia de la presentación de dos clases de fantasmas. Por un lado, las clásicas almas descarnadas que amenazan la integridad de los nuevos habitantes con su maliciosa presencia. Por otro, los fantasmas interiores asociados con sentimientos como la culpa que, poco a poco, debilitan el espíritu racional de las personas. 

Shirley Jackson demuestra un amplio conocimiento sobre la psicología humana a través de sus personajes, en especial, Eleanor. La atormentada joven es la víctima perfecta para el mal que reside en la casa, quien acepta su destino entre aquellas paredes ante la imposibilidad de luchar sola contra el remordimiento de actos pasados, así como la ausencia de un futuro lejos de la propiedad. La escritora estadounidense nos ofrece un personaje inocente, puro, prácticamente virginal hacia la crueldad del ser humano contra sus semejantes que, ante la indiferencia –y posterior traición- de sus compañeros, va aislándose de la realidad para adentrarse lentamente en los oscuros rincones y laberínticos pasillos de su mente herida. 

Las primeras páginas en las que se nos describe el viaje de Eleanor hasta Hill House son magníficas por ese monólogo interior en el que la protagonista altera las imágenes a su fantasía, previendo la carencia afectiva de la joven que se acentúa cuando conoce a la exultante Theodora, al atractivo Luke o al erudito doctor Montague. 

Al igual que Hill House, todos acaban demostrando que las primeras impresiones son engañosas. Los ángulos desiguales de la arquitectura imposibilitan al lector confiar plenamente en sus sentidos; además, son una alegoría de los desequilibrios emocionales de sus nuevos inquilinos. La calma expectante de los primeros días es sustituida por los recelos aún con los esfuerzos de los habitantes por mantener una falsa apariencia de normalidad. 

Precisamente, Shirley Jackson incrementa la tensión del relato con una prosa directa, basada en efectos sencillos que sobrecogen al lector al introducir esos fenómenos «paranormales» en escenas tan cotidianas que, de repente, alteran por completo la realidad de la escena ante su inesperada aparición. Si bien, la autora prescinde de suministrar demasiada información acerca del posible desencadenante que convirtió a Hill House en una propiedad maldita, una decisión que, aunque poco habitual, resulta acertada al permitir extraer diferentes conclusiones sobre el origen del mal. Es decir, ¿es la casa la auténtica –y única- responsable de tanto dolor y la desgracia? ¿O, por el contrario, son los propietarios quienes la corrompen con su malsana presencia? 

En definitiva, «La maldición de House Hill» es una novela sobre fantasmas externos e internos de la persona basada en una forma de terror sutil en desuso frente al gore literario que predomina actualmente en el género. Shirley Jackson nos ofrece un relato desasosegante basado en una atmósfera opresiva que alterna de forma equilibrada lo paranormal y lo cotidiano, repleto de diálogos inteligentes, personajes ambigüos y giros inesperados que hacen de nuestra estancia en Hill House una experiencia –y una lectura- inolvidable. 

LO MEJOR: El terror sutil basado en el escenario y la evolución de los personajes. La capacidad de la autora para sorprender constantemente al lector alternando las escenas cotidianas con los fenómenos paranormales. La ambigüedad del planteamiento, acentuada con la escasez de información proporcionada por Shirley Jackson acerca del posible origen del mal que habita en Hill House. 

LO PEOR: El detrimento de este estilo de terror frente el gore literario que predomina actualmente en el género. La mayoría conoce la novela por la adaptación cinematográfica de 1999. 

Sobre la autora: Shirley Jackson nació en San Francisco el 14 de diciembre de 1916, y pasó su infancia en las cercanías de San Mateo, California, donde comenzó a escribir poesía y cuentos cortos como un joven adolescente. Su familia se mudó del este cuando tenía diecisiete años, y asistió a la Universidad de Rochester. Entró en la Universidad de Syracuse en 1937, donde publicó su primera historia, Janice, y pronto fue designada editora de ficción de la revista de humor del campus. Después de ganar un concurso de poesía en la Syracuse conoció a su futuro marido, el joven aspirante a crítico literario Stanley Edgar Hyman, y juntos fundaron una revista literaria, Spectre, con Hyman como editor. Comenzó a tener sus historias publicadas en The New Republic y The New Yorker. En 1944 la historia de Jackson Ven a bailar conmigo en Irlanda fue elegido por Mejores Cuentos Cortos de América . Su primera novela, El camino a través del muro, se publicó en 1948. Ese mismo año The New Yorker publicó la historia icónica de Jackson, La Lotería, la cual genera el mayor volumen de correo recibido alguna vez por la revista --- ni antes ni después --- casi todo odioso. 
En los siguiente años, publica Nido de Pájaro, con gran éxito, y La brujería de Salem Village. En 1959 llegó The Haunting of Hill House , su novela más conocida, que ha llegado a ser considerado como el cuento de casa encantada por excelencia
Déjate inspirar por sus hojas 

MAEVAinspira es la nueva colección de MAEVA cuya filosofía se refleja en el logo: contiene el concepto de «inspiración», de coger aire para luego dejarlo ir lentamente, relajarnos y dejar que la mente fluya. Nos dirigimos a un a un lector urbano que necesita herramientas para mejorar su bienestar tanto físico como espiritual e incluirá proyectos de ficción y de no ficción, experiencias vividas, temáticas de actualidad en la literatura espiritual y la psicología, y otros más prácticos que puedan ayudar a abrir nuestras mentes La variedad de los primeros títulos es una buena muestra del espíritu de la colección: 

El vuelo feliz de la cigüeña Nilú (Guido Conti, febrero 2016): una fábula en la tradición de Juan Salvador Gaviotacon preciosas ilustraciones que nos relata el ciclo de la vida y su generoso poderío. En la tradición de Juan Salvador Gaviota, llega esta fábula que los mayores leerán a los pequeños y los pequeños leerán a los mayores. 









El jardín el tiempo (Daria Song, febrero 2016): una historia para colorear que te llevará a un mundo encantado. Despertará la creatividad del lector ayudándole a mejorar su concentración. En mayo publicaremos el segundo álbum para colorear de la misma autora, La habitación del tiempo. 





Mi vida lejos de mí (VV.AA., mayo 2016): una novela que te invitará a reconducir tu vida hacia un camino más satisfactorio. Un libro para reencontrarse con uno mismo y con los propios sueños. 



Una canción inesperada (Leire Quintana, mayo 2016): una historia real de una joven madrileña que abandonó su zona de confort y pasó tres años en un monasterio de clausura. Unas memorias que nos ayudarán a comprender mejor nuestra relación con nosotros mismos y con el mundo.
Febrero a flor de piel 

Este mes predominan las novelas con alma, repletas de emoción en el catálogo de novedades de Umbriel. Hora de partir es una ellas. La historia de Alice penetra en nuestra fibra, nos hace reflexionar y cambia la visión que teníamos de algunas cosas. Una historia transformadora y sensible con una trama tan potente y adictiva que no podrás soltarla hasta el final. El duelo por la pérdida de un ser querido, el mundo secreto de los elefantes y la delgada línea que une realidad y apariencia son sus ingredientes principales. 

Las chicas de Canterbury es la segunda recomendación de la editorial. Una delicia de lectura, de esas que gusta regalar y recomendar a las amigas. La historia no solo te hace pasar un buen rato, también invita a reflexionar sobre temas tan universales como la vida, la muerte y el amor. 

Por último, El cartero de los Haikus de Denis Thériault es una novela original y poética, una historia tan breve como un suspiro, pero cuyo recuerdo permanece a través de su hermosa prosa y la musicalidad de los haikus

Hora de partir (Jodi Picoult) 

Durante más de una década, Jenna Metcalf no ha dejado de pensar en su madre y se niega a creer que la haya abandonado. Desesperada por averiguar la verdad, Jenna consigue la ayuda de dos extraños aliados en su búsqueda para descubrir qué le ocurrió a Alice. Una novela profundamente conmovedora, trepidante e inteligente. 



Las chicas de Canterbury (Kim Wright) 

A medida que estrecha lazos con sus compañeras (y, lo que es más importante, consigo misma), Che irá descubriendo las difíciles y sorprendentes enseñanzas que nos depara el camino acerca de la vida y la muerte, el amor, el desamor y las virtudes de la imperfección. Una novela que nos enseña que la vida está llena de posibilidades y que los milagros suceden cuando menos lo esperas. 


El regreso de la maldición 

Londres se ha convertido en el escenario de extraños acontecimientos: lluvia de sangre, desapariciones de personas, tumbas abiertas en el cementerio de Highgate…Álex y Ren, los protagonistas de Tombquest, se enfrentan en esta segunda parte de la exitosa saga a una aventura espeluznante en la que tendrán que superar sus peores miedos. Momias –incluida la de un adorable gato–, persecuciones, aventura y misterio a raudales en un libro que se lee como quien devora un paquete de palomitas. 

Sinopsis: Hace un tiempo, la madre de Álex, una prestigiosa arqueóloga, lo arriesgó todo por salvar la vida de su hijo: recurrió a los peligrosísimos Hechizos Perdidos, del Libro de los Muertos egipcio. Ahora, ella ha desaparecido, cinco espeluznantes diablos del antiguo Egipto están volviendo a la vida y el terror alcanza la ciudad de Londres. 

«Una emocionante aventura rica en mitología egipcia y mágica… Un éxito seguro». Booklist 

«¿Recordáis lo mucho que os gustaron las películas Indiana Jones y La momia, con sus emocionantes aventuras arqueológicas repletas de museos polvorientos, tesoros robados y tumbas peligrosas? La serie Tombquest captura este mundo para los jóvenes lectores.» BNKids 

Sobre el autor: Michael Northrop es autor de seis novelas anteriores para el público infantil y juvenil que han merecido varios premios y menciones, entre ellos el de la Biblioteca Pública de Nueva York al mejor libro infantil. Antes de dedicarse a la literatura infantil, trabajó durante ocho años como editor de Sports Ilustrated Kids. Sus artículos y novelas han sido traducidos a las principales lenguas.
Sinopsis: Francia, en un futuro próximo. A las puertas de las elecciones presidenciales de 2022. Los partidos tradicionales se han hundido en las encuestas y Mohammed Ben Abbes, carismático líder de una nueva formación islamista moderada, derrota con el apoyo de los socialistas y de la derecha a la candidata del Frente Nacional en la segunda vuelta. François, un profesor universitario hastiado de la docencia y de su vida sexual, que a sus cuarenta años se había resignado a una vida aburrida pero sosegada, ve cómo la rápida transformación que sucede a la llegada del nuevo presidente al Elíseo altera la vida cotidiana de los franceses y le depara a él un inesperado futuro. Los judíos han emigrado a Israel, en las calles las mujeres han cambiado las faldas por conjuntos de blusas largas y pantalones, y algunos comercios han cerrado sus puertas o reorientado el negocio. Y la Sorbona es ahora una universidad islámica en la que los profesores conversos gozan de excelentes salarios y tienen derecho a la poligamia. Al igual que Huysmans, el escritor del siglo XIX convertido al catolicismo al que consagró su tesis, François sopesará pronunciar las palabras que le abrirán las puertas de la religión islámica y de una nueva vida: «No hay más dios que Alá y Mahoma es su profeta.» 

Crítica: Je suis Charlie. Aquellas tres palabras se convirtieron en el símbolo de la resistencia a favor de la liberta de expresión durante las manifestaciones posteriores al atentado contra el seminario satírico Charlie Hebdo, que ya había sido amenazado con anterioridad por sus caricaturas sobre Mahoma. Paradójicamente, la portada del último número publicado la semana anterior a los ataques estaba dedicada al escritor Michel Houllebecq con motivo de su sexta –y nuevamente polémica- novela, «Sumisión»

El autor nos describe una distopía política en el que los resultados las elecciones presidenciales francesas de 2002 acaban con el bipartidismo ante la irrupción de la Hermandad Musulmana, liderada por el carismático e inteligente Mohammed Ben Abbes, quien acaba formando un gobierno de coalición con la izquierda para evitar el gobierno de extrema derecha encabezada por Le Pen. Eso si, después de aceptar una serie concesiones que, entre otros aspectos, suprime la educación mixta, la prohibición a las mujeres de acceder a la educación universitaria o el consentimiento de la poligamia. 

Es posible que el argumento de la novela haya contribuido a su rechazo, en especial después de los atentados que obligaron a Michel Houellebecq paralizar la promoción de su libro y emigrar del país durante las semanas posteriores, e incluso la editorial retiró los ejemplares de las librerías por temor a posibles represarías de extremistas religiosos. No obstante, «Sumisión» no promueve la islamofobia, sino una exacerbada crítica del autor contra las élites políticas y culturales de Francia que han conducido al país hasta una situación insostenible. De hecho, resulta difícil no establecer paralelismos con el actual panorama político de nuestro país ante la incertidumbre derivada de los resultados electorales, obligando a los partidos tradicionales a negociar con los nuevos grupos parlamentarios para la formación del próximo ejecutivo. Confiemos en que los pactos –o la posibilidad de repetir de las elecciones- no conlleve un cambio tan drástico como el descrito por Michel Houellebecq. 

Es más, conforme avanza la novela nos percatamos de que la denuncia del autor no se orienta hacia una religión concreta, sino –paradójicamente- a la ausencia de fe. La laicidad es una de los pilares fundamentales de la República Francesa, pero de forma reciente ha resurgido el debate sobre los límites entre la libertad religiosa y la intrusión del Estado ante la amenaza yihadista. 

Precisamente, Houellebecq elimina la división entre poderes para demostrarnos las secuelas de una completa sumisión, porque le fe ciega - hacia una religión, un sistema económico o un partido político- conlleva una obediencia ciega, tal y como apreciamos en el acatamiento de los ciudadanos ante los cambios instaurados por la Hermandad Musulmana en la estructura democrática del país, sin oponerse a la progresiva –e inexorable- conversión al Islam de la sociedad francesa. 

Si bien, el autor interpreta el ateísmo como una consecuencia del excesivo individualismo, de la idolatría del yo, del hedonismo flemático… Al fin y al cabo, el protagonista de la novela, François, es un hombre carente de propósito después de publicar su tesis sobre el escritor naturalista francés Joris-Karl Huysmans - con quien comparte su visión decadente y pesimista de la vida-, quien después de varias –y sucesivas- pérdidas personales que le hacen replantearse su existencia a través de la religión. Igual que su admirado Huysmans, François pretende conseguir la salvación mediante la reconciliación con el catolicismo, pero tras aceptar que ni la peregrinación ni la clausura podrán devolverle la paz –y la libido-, empieza a plantearse la posibilidad del cambio. 

La perversa reflexión de Michel Houellebecq podría interpretarse como el último sacrificio desesperado que la humanidad está dispuesta a realizar para conseguir su salvación, y no precisamente de su alma, sino de su estilo de vida basado en la cómoda rutina que garantiza a las élites del poder conservar su privilegiada posición frente a la apatía de las masas. 

No obstante, el autor tiende a desviarse con frecuencia de la temática central para demostrar su erudición sobre Huysmans a través de su personaje. De forma constante, Houellebecq interrumpe la acción para analizar las novelas más significativas más importantes del escritor francés que, aunque relacionadas con el planteamiento de la novela, acopian todo su interés. 

Después de una correcta introducción en el contexto de inestabilidad política y social, Michel Houellebecq da la impresión de no saber encauzar la novela, dando prioridad a la exposición de sus propios conocimientos sobre literatura y filosofía que a la extracción de unas conclusiones. Es más, parece realizar un considerable esfuerzo para terminarla entre grandes dosis de sexo y literatura francesa del S. XX que, aunque consiguen hacerla remontar levemente en los últimos capítulos, son insuficientes para justificar el vencimiento democrático basándose exclusivamente en la restauración del patriarcado o la poligamia para devolver al hombre su posición dominante, pero siendo dominado por otros. 

En definitiva, «Sumisión» es una novela beneficiada por las circunstancias –y una incomprensible polémica-, pero que después del interesante planteamiento inicial, tiende a desvirtuarse ante la presunción de Michel Houellebecq, obcecado por demostrar su erudición literaria sobre Huysmans que las teorías subyacentes al relato principal. Un relato sobre la fe ciega y la completa obediencia, siendo el propio autor quien acaba perdiendo la perspectiva cegado por su propia ambición. 

LO MEJOR: El interesante planteamiento inicial de la novela. 

LO PEOR: La injustificada polémica que considera la novela de promover la islamofobia. El argumento tiende a desvirtuarse frente a la vanidad del autor. La necesidad de haber leído a Huysmans para comprender la relación existente con el autor y su alter ego ficticio, François. El empleo del sexo para mantener el decaído interés del lector. La justificación de la sumisión francesa basándose en argumentos sexistas como la reinstauración del patriarcado. 

Sobre el autor: Michel Houellebecq (1958) es poeta, ensayista y novelista, «la primera star literaria desde Sartre», según se escribió en Le Nouvel Observateur. Su primera novela, Ampliación del campo de batalla (1994), ganó el Premio Flore y fue muy bien recibida por la crítica española: «Una mirada lacerante –aunque repleta de humor– sobre el vacío vital de este fin de siglo» (Xavi Ayén, La Vanguardia); «Magnífica novela... Si Kafka nos descubrió en sus relatos el seco cañamazo del siglo XX de la burocracia, Houellebecq nos muestra, con espléndido pulso literario, los entresijos oscuros del siglo XXI de la informática y la presunta liberación sexual» (Xavier Lloveras, El Periódico). En mayo de 1998 recibió el Premio Nacional de las Letras otorgado por el Ministerio de Cultura francés. Su segunda novela, Las partículas elementales (Premio Novembre, Premio de los Lectores de Les Inrockuptibles y mejor libro del año según la revistaLire), fue muy celebrada y polémica, así como Plataforma. Obtuvo el Premio Goncourt con su última novela, El mapa y el territorio, que se tradujo en 36 países. Las cuatro novelas han sido publicadas por Anagrama, al igual que Lanzarote, El mundo como supermercado, Enemigos públicos (con Bernard-Henri Lévy), Intervenciones y los libros de poemas Sobrevivir, El sentido de la lucha, La búsqueda de la felicidad y Renacimiento, reunidos en el tomo Poesía. Houellebecq fue galardonado también con el prestigioso Premio IMPAC (2002), el Schopenhauer (2004) y, en España, el Leteo (2005).
La conexión del deseo 

Sinopsis: Cuenta una leyenda japonesa que existe un hilo invisible que nos une a aquellos con los que estamos destinados a encontrarnos. Pero los hermanos Richards (Anna y Daniel) han hecho un pacto que marcará sus vidas y el futuro de su familia. Aún así… ¿Podrán cambiar el curso de los acontecimientos? 

El Hilo Rojo es la historia de una familia burguesa marcada por las mentiras y las pasiones. Un viaje en el tiempo a través de las traiciones y la lujuria donde se mezclan acontecimientos históricos con la ficción. Una novela erótico-romántica en la que se cuentan algunas curiosidades "picantes" de la Barcelona de principio del siglo XX y en la que el lector, finalmente, descubre si el hilo del destino existe realmente. 



Sobre la autora: Olga de Llera (1976) nació en Badalona, Barcelona. En 2015 abandonó su tierra natal para trasladarse a vivir al Reino Unido. Actualmente reside en Brighton, East Sussex, con su familia. Trabajó como enfermera durante 5 años y más tarde cambió el uniforme blanco por los ordenadores, creando un negocio online junto con su marido. En 2014, después de leer una novela erótica (desastrosa), la cual había conseguido ser un “best seller” mundial, se inspiró para escribir su primera obra: El Fil Vermell (El Hilo Rojo), que narra las pasiones y desencuentros de una familia burguesa catalana, de principios del S. XX, y en la que se mezclan hechos históricos y ficción. Actualmente está trabajando en su segunda novela, también romántica-erótica, ubicada, esta vez, en la actualidad.
Sinopsis: El 15 de noviembre de 1959, en un pueblecito de Kansas, los cuatro miembros de la familia Clutter fueron salvajemente asesinados en su casa. Los crímenes eran, aparentemente, inmotivados, y no se encontraron claves que permitieran identificar a los asesinos. Cinco años después, Dick Hickcock y Perry Smith fueron ahorcados como culpables de las muertes. A partir de estos hechos, y tras realizar largas y minuciosas investigaciones con los protagonistas reales de la historia, Truman Capote dio un vuelco a su carrera de narrador y escribió "A sangre fría", la novela que le consagró definitivamente como uno de los grandes de la literatura norteamericana del siglo xx. Capote sigue paso a paso la vida del pequeño pueblecito, esboza retratos de los que serían víctimas de una muerte tan espantosa como insospechada, acompaña a la policía en las pesquisas que condujeron al descubrimiento y detención de Hickcock y Smith y, sobre todo, se concentra en los dos criminales psicópatas hasta construir dos personajes perfectamente perfilados, a los que el lector llegará a conocer íntimamente. "A sangre fría", que fue bautizada, pionera y provocativamente, por Capote como una "non fiction novel", es un libro estremecedor que, desde la fecha misma de su publicación, se convirtió en un clásico. 

Crítica: En 1959, el asesinato de cuatro miembros de la familia Clutter conmocionó tanto a la pacífica ciudad Holcomb como al resto de la sociedad estadounidense ante la brutalidad de un crimen sin motivo justificable, pues el robo quedó descartado desde las primeras pesquisas de la investigación policial. Aquella prospera familia de agricultores que representaba el sueño americano se convirtió en la pesadilla de sus habitantes, convirtiéndose todos en posibles sospechosos ante los demás, incluyendo familiares, amigos y vecinos desde hace varias generaciones. La desconfianza y el miedo imperaron en aquella pequeña localidad Kansas durante los meses posteriores hasta la detención Dick Hickock y Perry Smith. Si bien, la ejecución de ambos criminales jamás consiguió devolver la antigua tranquilidad a los vecinos de Holcomb, protagonistas indirectos –y victimas- de uno de los capítulos más violentos de la historia contemporánea del estado. 

Después de la amplia cobertura mediática inicial concedida a los asesinatos, así como a la posterior detención y ajusticiamiento de los autores confesos es lógico que los cuatro homicidios perdieran interés, e incluso se olvidarán ante la constante aparición de titulares sensacionalistas sobre crímenes similares. Es más, durante la investigación policial hubo varios magnicidios contra familias con circunstancias similares a los de Clutter. No obstante, la prueba del polígrafo descartó la implicación de Dick y Perry, obligando a las autoridades a admitir que se trataba de un posible imitador. 

Precisamente, el interés -tanto profesional como personal- del escritor y periodista Truman Capote impidió que aquellos crímenes quedasen relegados de la memoria colectiva a través de la primera novela que conjugaba la ficción literaria con la labor periodística, «A sangre fría». 

Inspirándose en aquellos trágicos acontecimientos –y con la colaboración de su amiga Harper Lee («Matar a un ruiseñor»)-, Capote narra la crónica de los asesinatos con una prosa de admirable realismo, percibiéndose la exhaustividad de su investigación previa a la redacción. 

A pesar de implicarse directamente en los sucesos descritos a lo largo de toda la novela, el escritor opta por la tercera persona narrativa, un narrador omnisciente que dota de objetividad al relato, distanciándose del tono sensacionalista predominante en los medios ante crímenes similares. 

Si bien, Capote demuestra una gran sensibilidad y respeto hacia las víctimas, ofreciendo en el primer capítulo («Los últimos que los vieron vivos») un completo retrato de la familia Clutter con la finalidad de que el lector empatice con la tragedia mediante este relato íntimo y cotidiano. Una exhaustiva recreación que consigue trasladarnos hasta el principal escenario de la tragedia, permitiendo comprender el cambio que simbolizó aquellos asesinatos para los habitantes de Holcomb a través de múltiples testimonios, prácticamente reproducidos de forma paralela a los acontecimientos descritos, una narración a tiempo real que lo convierte en un relato todavía presente en la memoria colectiva. 

De igual, resulta interesante el tratamiento de los asesinos, Dick Hickock y Perry Smith, en los que el escritor ambiciona comprender el perfil psicológico de ambos criminales. Estos capítulos resultaron especialmente incómodos para los lectores de la época, pues desmitificaba la imagen de un país solidario, poniendo en relieve las consecuencias de la marginación social. Capote describió a estados Unidos desde la desarraigada perspectiva de aquellos dos hombres, quienes jamás demostraron arrepentimiento ni sentimiento de culpa por los cuatro homicidios. 

Es más, conforme avanza las pesquisas, comprobamos que los dos hombres adquieren una mayor relevancia para el autor hasta un punto obsesivo. Un detalle comprensible si recordamos que Truman Capote tuvo que esperar seis años para publicar su libro tras múltiples apelaciones de la sentencia de muerte realizadas por los acusados a la Corte Suprema. Una desesperación perceptible en el último capítulo («El Rincón») que concluye con el ahorcamiento de ambos hombres descritos con un tono apremiante del autor. 

A pesar de las críticas sobre la moralidad y los métodos empleados por Truman Capote para la redacción de «A sangre fría» -incluyendo los rumores sobre una posible relación entre el escritor y Perry Smith durante los años de encarcelamiento-, es imposible negar la relevancia de esta obra que estableció las bases del «Nuevo Periodismo». Inspirándose en aquel trágico acontecimiento, el autor consiguió una novela que conjugaba la exhaustiva investigación periodística con la ficción literaria para obsequiar al lector con un retrato incómodo de los Estados Unidos al denunciar las consecuencias de la marginación social, la verdadera ausencia de oportunidades del sueño americano, la frustración de las promesas incumplidas que deriva en la violencia contra aquellos que lo representan. Un relato estremecedor en el que la justicia no es igual para todos, sino que depende de la mano que empuña el arma y dispara a sangre fría… 

LO MEJOR: La exhaustividad de la investigación periodística realizada por Truman Capote junto a Harper Lee. La objetividad del autor, distanciándose del tono sensacionalista empleado en el asesinato de la familia Clutter, denotando un gran respeto hacia las víctimas –e incluso hacia los autores del crímen-. Un retrato de Estados Unidos diferencia a través de la percepción desarraigada y violente de quienes se les negó el sueño americano y las consecuencias de su frustración. 

LO PEOR: La excesiva implicación personal de Capote, especialmente tras el encarcelamiento de Dick y Perry, que repercute en la objetividad del relato. 

Sobre el autor: Truman Capote nació en Nueva Orleans en 1924. Definido por sus biógrafos como el típico hijo de un hogar de padres separados, Truman Streckfus Persons –ése era su verdadero nombre- adoptó el apellido de un segundo marido de su madre. Ya adolescente, firmaba sus primeros relatos como Truman Capote. 

Según confesión propia, comenzó a escribir para paliar el aislamiento en el que transcurrió su infancia. Hecha virtud la necesidad, el joven Truman se emplea como redactor de New Yorker con tan sólo 18 años. A los 21 abandona la redacción y publica un relato –Miriam- en la revista Mademoiselle que es distinguido con el Premio O’Henry. La crítica, que le aplaude sin reservas, le considera un discípulo de Poe y habla de su estilo como “gótico introspectivo”, definición que al día de hoy se nos antoja harto desatinada. 

Su primera novela, Other Voices, Other Rooms, de tintes claramente autobiográficos cuenta en sus páginas la experiencia de un niño –Joel- que busca a su padre en el profundo Sur para acabar adoptando como tal a un travestido. Fue un éxito literario de alcance internacional cuando se publicó por primera vez en 1948, situando al autor en un lugar destacado entre los escritores, artistas, y la élite de la Jet Set neoyorquina perteneciente a aquella generación de posguerra norteamericana. 

Tras pasar el resto de los años 40 viajando por los países ribereños del Mediterráneo, en la década de los 50 Capote reanuda su actividad periodística como entrevistador de la revista Playboy

Se mantuvo en aquel lugar de privilegio con obras como A Tree of Night, The Grass Harp, The Muses are Heard, cuando comenzó a decirse que hacía de la charla un arte y del chismorreo literatura. Desayuno en Tiffany’s aparece en 1958. Llevada al cine por Blake Edwards en 1961, el éxito de la cinta –pese a que al autor no le gustó la adaptación es un título clásico- no consigue que el escritor vuelva a Hollywood, que había abandonado algunos años antes indignado, tras haber escrito los diálogos de Estación Termini (Vittorio De Sica, 1952) y el guión de La burla del diablo (John Huston, 1953). 

El cine, pese a que casi todas sus novelas inspiraron grandes películas, no era su medio. Éste, a decir verdad, era el periodismo. Un encargo del New Yorker dio lugar a su obra maestra, A sangre fría. Iniciadora de todo un género, el de la novela reportaje. 

Los comienzos de la póstuma e inacaba Plegarias atendidas datan de principios de los años 70. En 1975, Capote da a la estampa una última colección de relatos, Música para camaleones, en los que corren paralelos el horror y la belleza. 

Capote logró en dos ocasiones el Premio de narración corta O. Henry Memorial, y fue miembro del National Institute of Arts and Letters. Murió en agosto de 1984.
El hombre es un lobo para el hombre 

Lycaon, es la nueva novela de Guillermo Tato, el autor de la terrorífica novela de brujería El torreón de las muñecas. La segunda incursión en el género del terror de este escritor alicantino en la que explora la licantropía desde un punto de vista atípico, alejado de los clichés del arquetipo, conjuga el mito del hombre lobo con los licántropos de otras culturas y el canibalismo. Un relato espeluznante sobre la verdadera naturaleza del ser humano. 

Sinopsis: Esta es la historia de un grupo de personas, que hastiados de vivir en el estresante bullicio de la ciudad, deciden marcharse a un pueblo abandonado, entre Galicia y Asturias, con la intención de reconstruirlo y convertirlo en su nuevo hogar. Aunque no se conocen entre sí, sus mochilas están cargadas de una enorme ilusión con la que iniciar una nueva vida, pero no han tenido en cuenta que con la llegada del crudo invierno, un fuerte temporal les dejará completamente rodeados por la nieve, atrapados e incomunicados. Cuando se desata el temporal y los hijos de algunos vecinos regresan a sus casas para refugiarse, encuentran un cadáver junto a un río cercano, que parece haber sido atacado por algún animal desconocido. …O algo incluso peor. Algo que acecha en la oscuridad, oculto en el interior del siniestro bosque que rodea la aldea. Un mal que deberá afrontar el grupo de vecinos si quieren sobrevivir al invierno y al monstruo que habita dentro de cada uno de ellos. 

Sobre el autor: Guillermo Tato nació en Alicante en 1978, aunque lleva residiendo en Barcelona desde 2002. Después de obtener la licenciatura de Comunicación Audiovisual en la universidad Ramon Llull, entró en la productora de cine Filmax como Ejecutivo de Desarrollo. En ese puesto ha participado en el guión de las películas [REC] 3. Génesis, [REC] 4: Apocalipsis, Retornados, Sweet Home y Summer Camp, además de la segunda temporada de la serie de televisión Polseres vermelles (Pulseras rojas). Como escritor, ha publicado su primera novela, El torreón de las muñecas (Tyrannosaurus Books, 2013), así como [REC]. El libro oficial (Timun Mas, 2014). Además, ha formado parte del libro de relatos [REC] Los relatos perdidos (Timun Mas, 2013) y más recientemente en la antología Momias y embalsamados (Hermenaute, 2015).
Sinopsis: Corren los años ochenta y a Kate, una joven fotógrafa londinense, le está costando mucho sobreponerse a la muerte de su madre, una famosa bailarina de orígenes inciertos. Cuando recibe de manos de su abuela adoptiva un misterioso retrato de una mujer que guarda un sorprendente parecido con su madre, Kate se embarca en un viaje para desenmarañar su historia familiar que la llevará desde Córcega, donde está la casa del famoso pintor Thomas Stafford, hasta el París de los años treinta. En este inolvidable periplo, con el que pretende hacer las paces con su pasado, descubrirá una gran historia de amor truncada por la guerra y un gran misterio: ¿qué relación tiene el autor del cuadro con su madre? ¿Y con la propia Kate? 

Crítica: Los recuerdos no son solo un proceso de la memoria que nos permiten evocar lugares, personas o sucesos del pasado, sino también objetos tangibles, presentes que nos permiten establecer un vínculo con aquel tiempo acaecido e irrepetible como una joya heredada durante generaciones, una fotografía descolorida, una postal sin remitente conocido o un cuadro de firma ininteligible, excepto por las siglas del autor escritas como un hermoso arabesco en un margen del dibujo, con la modelo sonriendo incómoda mientras posa cuando preferiría estar en movimiento, ignorando la repercusión de aquella imagen en la vida de diversas personas que todavía ni siquiera existen. O lo hicieron, pero únicamente perviven en el recuerdo que los años han difuminado hasta reducir su historia a aquel dibujo, recuperado del olvido por una joven carente de pasado, que la impulsa a buscar su verdadera identidad a través de una historia que comienza varias décadas atrás, con el amor frustrado entre Tom y Alice… 

«Todo lo perdido y encontrado» es la primera novela de la joven escritora británica Lucy Foley quien, inspirándose en la personalidad de sus abuelas –dos mujeres atípicas por su carácter emprendedor, su inconformismo social o su insaciable deseo de nuevas experiencias en una época de grandes restricciones-, debuta en el panorama literario con una evocadora historia sobre la creación de la propia idiosincrasia a través de los recuerdos ajenos. 

Una novela repleta de nostálgica en el que la autora nos traslada a distintos –y trascendentales- capítulos de la historia europea a lo largo del siglo XX mediante el relato de sus personajes, sobre todo de Alice y Kate –abuela y nieta -. A pesar de sus diferencias, ambas mujeres deberán enfrentarse a su pasado para conseguir un futuro que les pertenezca exclusivamente a ellas, aprendiendo a convivir con el dolor de viejas heridas que solo cicatrizan con el tiempo, así como superar el vacío de las personas que ya no se encuentran con nosotros, excepto en los recuerdos. 

Lucy Foley consigue recrear las diferentes épocas que abarcan su historia con una prosa de gran visualidad que evoca imágenes, sonidos, olores y sabores de otros tiempos, devolviéndolos a nuestro presente. El estilo de la joven escritora se caracteriza por su sencillez, rechazando cualquier exceso en la narración, siendo perceptible durante toda la lectura una notable influencia del Naturalismo en su forma de escribir, tal y como demuestra la importancia concedida por la autora a las descripciones paisajísticas o la crítica social contra la hipocresía moral y la decadencia de la burguesía inglesa antes de la Segunda Guerra Mundial, bastantes similares a otras novelas previas como «Retorno a Brideshead» (Evelyn Waugh) o «Expiación» (Ian McEwan). 

Si bien, la constante variación entre la primera y la tercera persona narrativa con la finalidad de modificar la perspectiva de los acontecimientos en función del personaje provoca confusión ante la brusquedad de los cambios dentro, incluso, del mismo párrafo. Es obvio que la intención de Foley es que el relato presente –que opta por la primera persona- resulte cercano en el tiempo al lector y, de igual forma, concederle un tono íntimo, de confidencia personal, espontánea y sincera acorde con la personalidad de Kate y Tom. Por su parte, cuando alude a episodios del pasado, establece un distanciamiento –tercera persona- resaltando el tiempo acontecido entre ambos períodos temporales y, simultáneamente, posibilita completar el relato inconcluso de Tom. Además, la narración objetiva que proporciona el narrador omnisciente mediante el uso de la tercera persona es simbólica, porque los recuerdos de aquellos años repletos de esperanzas frustradas siguen resultando demasiado dolorosos para sus dos protagonistas –Tom y Alice-, prefiriendo olvidar antes que volver a sufrir con la rememoración de aquel amor violentamente arrebatado por las terribles circunstancias de un conflicto que todavía hoy pervive en la memoria de los supervivientes. 

Y a pesar de que Lucy Foley consigue mantener el ritmo narrativo durante la primera parte de la novela a través de un relato pausado e íntimo, repleto de confesiones y hermosos, apreciamos una imperiosa necesidad por concluirlo en la segunda parte. De esta forma, el reencuentro entre ambas mujeres acaba siendo frívolo y superficial ante la decisión de la autora por no seguir profundizando en la historia de Alice cuando debería haber sido al contrario. Igualmente, la resistencia francesa a la invasión nazi, la represión judía o los abusos en los campos de concentración alemanes son temáticas demasiado recurrentes en la literatura, provocando la reacción contraria a la deseada al lector porque ya se ha acostumbrado ante su reiterado uso. 

Con todo, al igual que si título, la primera novela de Lucy Foley nos ofrece una necesaria pausa ante una sociedad demasiado preocupada por el ahora, invitándonos a reflexionar acerca de nuestro pasado para recuperar todo aquello que perdimos con nuestro actual – y apremiante- estilo de vida para encontrarnos con una evocadora historia de amores inconclusos, esperanzas frustradas, reencuentros inesperados y, sobre todo, de recuerdos –y sentimientos- que creíamos olvidados. 

LO MEJOR: La capacidad de la autora para evocar episodios concretos del pasado trasladándolos a nuestro presente. La visualidad de la prosa, sin adornos superfluos innecesarios. La sinceridad e intimidad del relato, especialmente en la primera parte de la novela. El uso simbólico de la primera y tercera persona narrativa. 

LO PEOR: La constante intercalación entre la primera y la tercera persona narrativa resulta muy confusa al principio de la novela. El cambio de ritmo en la segunda mitad del relato ante la evidente urgencia por concluirlo. El uso de temáticas demasiados recurrentes. 

Sobre la autora: Lucy Foley es una joven escritora de veintiocho años que estudió literatura inglesa en las universidades de Durham y UCL. Antes de dedicarse por completo a la escritura, trabajó como editora de fi cción en una importante editorial de su país. Actualmente está escribiendo su segunda novela y dedica parte de su tiempo a viajar para documentarse. Su debut Todo lo perdido y encontrado ha recibido extraordinarios elogios tanto de los lectores como de la crítica, y será publicado por una docena de editoriales en todo el mundo.